Hola amigos del blog: nortonteatro.blog., yo soy Nortan Palacio conocido artísticamente, y en la calle de Lavapiés, como Norton P.
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Sábado 1 de octubre 2022.
ENGLISH VERSION: SEE BELOW THE SPANISH VERSION.
ANÉCDOTA 56. MONOGRÁFICO SOBRE LOPE DE VEGA 5. UN AMOR CON PASIONES Y TORMENTAS: ELENA OSORIO (1583-1587)
Tenía que llegar el hablar de los amores de Lope de Vega porque, aunque en la anécdota anterior mencionamos uno del que se duda, el que ahora tratamos, con Elena Osorio, está bien documentado y es «carne sabrosa» de Mentidero.
Resulta que Elena Osorio era una mujer hermosísima; según los biógrafos Arellano y mata Indurain: «graciosa alegre, ingeniosa, seductora, de piel morena, cabellos dorados, ojos claros, sabía tañer algunos instrumentos y cantar con buena voz», vamos que lo tenía todo para enamorar a un poeta que quisiera cantarla con sus versos[1]. Era hija del autor (entonces a los dueños de compañías teatrales se les llamaba autores) Jerónimo Velázquez, pero estaba casada con otro actor Cristóbal Calderón, pero este Cristóbal se encontraba haciendo las Américas (no sabemos si actuando o «picareando») y ella había vuelto a la casa de sus padres en la calle de Lavapiés.
Allí debió conocerla el veinteañero Lope de Vega que fue a entregar una de sus primeras comedias al empresario. La cosa no pudo ir mejor: en esa casa encontró el amor y la primera fama[2]. En su obra La Dorotea nuestro escritor cuenta que entre ambos hubo amor a primera vista. Aunque ella, debió hacerse la desdeñosa (estaba casada) porque en algún romance morisco cuenta que él pasaba por debajo de su balcón miles de veces y ella lo reprendía. Así como en el siguiente:
Mira, Zaide, que te aviso
que no pases por mi calle,
no hables con mis mujeres
ni con mis cautivos hables.
Sin embargo, no hubo barreras a los requiebros y sobre todo a los versos amatorios que Lope le dirigía. Ella terminó aceptándolo y, sobre todo porque las comedias que el joven dramaturgo entregaba a raudales daban buen dinero a la familia, también lo aceptaron sus padres. Entonces hicieron público su amor y se dejaban ver en los Corrales de Comedias, en juegos de cañas y toros y en paseos por jardines. Lope le dirigía versos por doquier y se vanagloriaba de poseer semejante belleza y gracia.
Estos amores dieron pie a habladurías y comentarios en los Mentideros de Madrid durante bastante tiempo. Primero porque ella era casada y segundo, porque, al parecer, sus amores apasionados se condimentaban con celos, peleas y escándalos en lugares públicos. El mismo Lope en La Dorotea dice que Belardo (su trasunto) le dio una bofetada a Filis porque había mirado a un torero en una fiesta de cañas. Los biógrafos laudatorios, dicen que esto debe tomarse como elemento literario, pero… aunque también las reconciliaciones eran placenteramente «sonadas».
Así pasaron cuatro años[3] hasta que, algunos dicen que por las habladurías y otros que porque les convenía, los padres, decidieron prometerla oficialmente con otro hombre, uno de alta alcurnia (nada que ver con un joven poeta): Francisco Perrenot Granvela, sobrino del entonces poderoso cardenal Granvela.
El despecho y la cólera de nuestro poeta fueron proverbiales; tanto que escribió unos libelos difamatorios, que anónimamente hizo circular por todo Madrid, acusando a Elena de puta, a su madre Inés Osorio de alcahueta y a su padre de rufián. Algunos de los versos eran bastante duros:
A cuantos piden su cuerpo
se lo da por interés:
hizo profesión de puta;
¡ved qué convento de Uclés!
Además de eso, dejó de suministrarle comedias a la familia Velázquez y a partir de entonces se las vendía a otro director de compañías: Gaspar de Porres. Entonces Jerónimo Velázquez y su hijo Diego (se cree que más que nada por el tema de las comedias) presentaron una denuncia por difamación contra Lope, y un 29 de diciembre de 1587 lo detuvieron mientras estaba viendo una comedia en el Corral de la Cruz y lo metieron en la cárcel.
En enero de 1588 se enfrentó a un juicio en el que los Velázquez presentaron testigos que acusaron a Lope de ser el autor de los versos injuriosos y éste se defendió alegando que era menor de edad (en aquella época la mayoría de edad se alcanzaba a los 25 años), negó ser el autor de los libelos y afirmó que Elena era mujer muy honrada. Pero no consiguió convencer a la justicia y fue condenado a cuatro años de destierro hasta cinco leguas de la Corte y a dos años, de todo el reino de Castilla.
Mientras esperaba que lo enviaran a su destierro siguió escribiendo versos injuriosos contra Elena y su familia, entonces los Velázquez se querellaron nuevamente y consiguieron que la justicia aumentara la pena de destierro de la Corte de cuatro a ocho años, bajo pena de muerte.
Pero, oh sorpresa, como le dieron quince días para que abandonara la Corte, el muy calavera aprovechó para enamorar a otra muchacha y convencerla para que escapara con él. Esta muchacha era Isabel de Urbina, quién se convertiría en su primera esposa y a quién conoceremos después.
Hay que resaltar que en los cuatro años que estuvo con Elena, además de vivir su amor apasionado y escribir muchas comedias para su suegro oficioso, también le dio tiempo a estudiar astrología en la Academia de Matemáticas de la Corte con Juan Bautista Labaña y a ejercitarse en la destreza con la espada bajo las enseñanzas del maestro de esgrima Pablo de Paredes. Lo dicho: «el Monstruo de la Naturaleza»
Con las aventuras vividas durante su destierro, que no fueron pocas (ya al salir se llevó consigo a Isabel) y con las novedades para mejorar su dramaturgia que extrajo de los poetas valencianos, nos veremos la semana que viene.
[1] Y Lope la cantó en muchos de ellos, la llamaba casi siempre «Filis» y a él se hacía llamar «Belardo» en romances pastoriles, en la novela dialogada La Dorotea, en sonetos, canciones, en romances moriscos (aquí la llamaba «Zaida» y a él se refería como «Zaide») aunque, después lo veremos, también la insultó; y mucho; cuando se acabó la relación.
[2] Sus primeras comedias, las entregaba todas a la compañía de Velázquez, quien al enterarse de los amores de su hija con Lope (aunque estaba casada) hacía la vista gorda por no perder al que ya despuntaba como el mejor poeta dramático y el que con sus historias ya llenaba los Corrales de Comedias.
[3] En 1587 del marido de Elena no se sabía nada y ya se le trataba como viuda.
ANECDOTE 56. MONOGRAPH ABOUT LOPE DE VEGA 5. A LOVE WITH PASSIONS AND STORMS: ELENA OSORIO (1583-1587)
It had to come to talk about the loves of Lope de Vega because, although in the previous anecdote we mentioned one that is doubted, the one we are now dealing with, with Elena Osorio, is well documented and is «tasty meat» of Mentidero.
It turns out that Elena Osorio was a beautiful woman; according to his biographers Arellano and Mata Indurain: «she was funny, cheerful, witty, seductive, brown-skinned, had golden hair, shiny eyes, while she knew how to play some instruments and sing in a beautiful voice». She was everything that was needed to fall in love for a poet who wanted her to sing his verses[1]. She was the daughter of the author (then the owners of theater companies were called authors) Jerónimo Velázquez, and she was married to another actor, Cristóbal Calderón. This Cristóbal went looking for fortune in the Americas (we do not know whether acting or just roaming around) and she returned to the house of her parents on Lavapiés street.
There she must have met the twenty-year-old Lope de Vega who went to deliver one of his first comedies to the businessman. Things could not go better for him: in that house he found love and his first fame[2]. In his work La Dorotea our writer tells that it was love at first sight between them. Although she probably was dismissive at first (she was married) because in some poems about Moors she says that he passed under her balcony thousands of times, and she reprimanded him for it. The same is apparent from the following:
Look, Zaide, I warn you
that you do not pass by my street,
don’t talk to my women
nor do you talk to my captives.
However, there were no barriers to his need for love and especially to the number of love verses that Lope wrote about her. She ended up accepting him, especially because the comedies that the young playwright delivered, earned money for the family in abundance. So, also her parents accepted him. They made their relationship public and let themselves be seen in the Corrales de Comedias, at juegos of reeds and with bulls and during walks through the gardens. Everywhere Lope wrote verses for her and boasted about possessing such a beautiful and gracious love.
These love affairs gave rise to gossip and comments in the Mentideros of Madrid for quite some time. First because she was married and second, because, apparently, her passions were spiced up with jealousy, fights and scandals in public spaces. Lope himself in La Dorotea says that Belardo (his alter ego) slapped Filis because he had looked at a bullfighter at a reed party. Biographers say that this should be taken as a literary element, but… although also their reconciliations ¨sounded pleasantly loud¨.
So four years passed[3] until, some say because of the gossip and others because it suited them better, the parents, decided to officially promise her to another man, one from the upper class (nothing to do with a young poet): Francisco Perrenot Granvela, nephew of the then powerful Cardinal Granvela.
The spitefulness and anger of our poet was proverbial, so much so that he wrote defamatory libels, which then anonymously circulated throughout Madrid, accusing Elena being a whore, her mother Inés Osorio of being a madame and her father of being a villain. Some of the verses were quite harsh:
To those who ask for their body
it is given out of interest:
she made a profession as a whore;
see which convent of Uclés!
In addition to that, he stopped supplying comedies to the Velázquez family, and from then on he sold them to another company director: Gaspar de Porres. Then Jerónimo Velázquez and his son Diego (it is believed that mainly because of the subject of the comedies) filed a complaint for defamation against Lope, and on December 29, 1587 he was arrested while he was watching a comedy in the Corral de la Cruz and he was thrown in jail.
In January 1588 he faced a trial in which the Velázquezes presented witnesses who accused Lope of being the author of the insulting verses, while he defended himself claiming that he was a minor (at that time the age of majority was 25 years). He denied being the author of the libels and claimed that Elena was a very honest woman. But he could not convince the judges and was sentenced to four years of exile from a five miles distance from Madrid and two years from the borders of kingdom of Castile.
While waiting to be sent on his exile he continued to write insults against Elena and her family; then the Velázquezes complained again and got the sentence of exile from Madrid increased from four to eight years, under penalty of death.
But, oh surprise, because he had fifteen days to leave Madrid, the scoundrel seduced to another girl, and he convinced her to escape with him. This girl was Isabel de Urbina, who would become his first wife, and whom we will meet later.
It should be noted that in the four years he was with Elena, in addition to living his passionate affair and writing many comedies for his unofficial father-in-law, it also provided him time to study astrology at the Academy of Mathematics of the Court with Juan Bautista Labaña, and to exercise in the skill of the sword under the teachings of the master of swordplay Pablo de Paredes. As mentioned before: the ¨Monster of Nature¨.
The adventures he experienced during his exile, which were not few (when he left, he took Isabel with him), and the novelties to improve his dramaturgy that he borrowed from the Valencian poets, I will tell in the blog of next week.
[1] And Lope glorified her in many of them, and he almost always called her «Phillies», while he called himself «Belardo” in pastoral poems, in the dialogue novel La Dorothea, in sonnets, songs, in Moorish romances (here he called her “Zaida” and he called himself “Zaide”). Later we will talk about how he also insulted her; and, when the relationship ended, even a lot.
[2] He gave his first comedies all to the company of Velázquez, who upon learning of his daughter’s love affair with Lope (although she was married) turned a blind eye for not losing the one who already stood out as the best dramatic poet and the one who with his stories already filled the Corrales de Comedias.
[3] In 1587 nothing was known about Elena’s husband, and she was already treated as a widow.
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