Hola amigos del blog nortonteatro. blog. Yo soy Nortan Palacio conocido artísticamente, y en los Paises Altos, como Norton P.

HOY TOCA HABLAR DE MÍ.
La semana pasada, la red social de empleos Linkedln recordaba que, según mi perfil, ese día (26 de agosto de 2022) se cumplían 27 años desde que empecé a trabajar como actor, director y dramaturgo con la compañía teatral: Corrales de Comedias Teatro SL. Y recibí varios comentarios de felicitaciones. Entonces caí en la cuenta de que no había cambiado mi perfil en mucho tiempo. Porque no, amigos, con mi querida compañía solo trabajé 24 años y medio. Y me vino a la cabeza usar mi blog para contar el porqué de esto: un poco por hacer un aperitivo a los lectores (si es que alguien me lee) ya que oficialmente retomaba el blog el 2 de septiembre. Pero, sobre todo, como bien señalaba en su Poética el estagirita, a modo de KATARSIS . Es decir que hoy yo, Nortan Palacio, conocido artísticamente y en los Países Altos como Norton P., comparezco ante el Mentidero de los Comediantes en calidad de personaje. ‒Ahí va la historia‒
NORTON P: UNA HISTORIA «RESETEADA» POR DOÑA FORTUNA.
Hace unos tres años y medio la Fortuna[1] me pegó un revolcón (y me rompió el calcáneo) e hizo que una vida laboral, que pensaba que estaba solucionada hasta el final de ella, se fuera al carajo.
En ese momento trabajaba en una Compañía de Teatro, que había ayudado a fundar unos 25 años atrás, en un principio con más gente en el escenario que en el patio de butacas y, sin embargo, con el tiempo había alcanzado el estatus de: «todas las localidades agotadas» en casi cada representación. Para mayor gloria mía (nuestra); en un templo del teatro occidental: El Corral de Comedias de Almagro. La compañía se llamaba: Corrales de Comedias Teatro ‒como veis, no nos quebramos mucho la cabeza para denominarla‒











Demás de esto, enseñaba, dirigía y escribía teatro para grupos de diferentes índoles, rasgos o peculiaridades; contratado por Universidades Populares, centros de mayores, de la juventud, de amas de casa, clubes sociales de empresas, asociaciones de padres de colegios e institutos, centros ocupacionales, cárceles… Lo de las clases había empezado, a la vez que mi vida laboral en España, con 4 horas de clases a la semana en la Universidad Popular de Manzanares y había evolucionado hasta tener que (perdóneseme la presunción) rechazar contratos porque no me daba la vida ‒algo estaba haciendo bien‒










Como, además, tenía que versionar o escribir obras donde cupieran todos los estudiantes de mis talleres me propuse (a la vez que luchaba con mis compañeros por llevar a nuestra Compañía Teatral al estatus que antes mencionaba) estudiar literatura; y acabé siendo licenciado en Filología Hispánica, pero le cogí tal gusto que continué con un Máster en Investigación Literaria y teatral y un doctorado con una tesis titulada «El teatro de Francisco de Quevedo: una aproximación pragmática» que obtuvo un cum laude como una catedral (a veces me pregunto si no sería un ¿cum fraude?) ‒pero allí estaba esa calificación‒




Por esos mismos tiempos, el director de la Compañía creaba una Fundación, paralela a ésta, llamada: «Fundación Teatro Corral de Comedias» ‒otra denominación con quebradero de cabeza‒ y, fiándose de mis nuevos conocimientos y estudios, me convenció para que juntos le propusiéramos a la Universidad de Alcalá de Henares la posibilidad de impartir conjuntamente un Máster Propio: «Máster de Especialización Actoral Clásica en Almagro» y la Universidad de Alcalá aceptó. ‒Debo reconocer que no sé si por la juventud o las ganas que teníamos de comernos el mundo, pero éramos bien osados‒

El máster solo pudo impartirse dos años, antes de la crisis de 2088 que se llevó muchas cosas por delante, pero la Compañía, aunque en aquella crisis también pasó por sus baches, siguió su rumbo y se sobrepuso; volviendo a su «todas las localidades agotadas». Y yo, además, acabé siendo el flamante Director Académico de la, Fundación. ‒que muchos no sabíamos para qué servía‒
El director de la Compañía, a quien tengo que reconocer nulidad para la diplomacia pero un as de la tenacidad, creó, a través de la Fundación, un Festival de Autos Sacramentales (FAUS) y a mí me designó para organizar unas Jornadas Académicas paralelas a éste, donde tendría que encargarme de traer profesores y catedráticos de distintas universidades para que debatiéramos acerca de ese género teatral tan español y religioso. He de reconocer que aquello no daba dinero, pero sí currículum y me permitía conocer a sabios que me enriquecían casi más que el dinero. ‒en aquel tiempo el dinero había dejado de ser una prioridad puesto que tenía mucho trabajo y ya había acabado de pagar letras de coches e hipotecas, e incluso había ahorrado‒



Todo me iba bien, con sus altibajos pero sobre todo con sus prisas. Y entonces llegó un primer momento crucial: el director nos propuso a tres de los actores (a los que nos consideraba fundadores) que como teníamos tantas funciones en primavera y otoño en el Corral de Comedias con sus: «todas la localidades agotadas» y tantas funciones en giras en el invierno, era mejor, en lugar de contratarnos por obra y servicio para cada función (como normalmente se contrata a los actores); hacernos un contrato indefinido con sus 14 pagas anuales. Yo, muy actor y muy artista, en principio me negué, pero después de muchas reuniones e idas y venidas acepté ‒y en Febrero del 2019 pasé a ser un funcionario del Arte; en nuestro gremio nos llamamos «putas» ‒
Y ahí fue cuando intervino Fortuna: un 2 de marzo del 2019 me lanzó escaleras abajo en la entrada de la estación de Metro Avenida de América, una tarde en que acababa de impartir una clase a mis alumnos del Club Iberia de Madrid y tenía que coger a toda prisa el transporte para llegar esa noche a casa y poder estar en Almagro al día siguiente por la mañana para la función de estudiantes. Me rompió la cabeza y el calcáneo. ‒En ese momento, Fortuna acabó con mis prisas‒
Pero mira por donde, gracias a ese contrato indefinido que me había convertido en «puta» pasé a depender de la seguridad social durante el año y medio que estuve de baja, después de la operación en la que me implantaron cuatro tornillos en el tobillo izquierdo. El pie dejó de tener el cien por ciento de la movilidad y quedé impedido para realizar escenas muy físicas. -Muchos de los personajes que interpretaba requerían esa «fisicidad»-
En junio del 2020 me dieron el alta médica, sin poder, como dije, realizar esas escenas físicas, pero como la Pandemia había obligado a cerrar el Mundo, la Compañía tampoco estaba operativa y me incluyó en el programa de regulación de empleo (ERTES), que el gobierno había creado para pagar los salarios de los trabajadores que hubiesen parado su actividad por el COVID, pero que tuvieran contratos indefinidos y así estuve otro año -el ser puta me había salvado otra vez-
En ese entonces me dediqué a cuidar de mi pareja que estaba superando un cáncer (no ganábamos para sustos) y nos mudamos temporalmente a Maastricht, en los Países Bajos, que es donde él vive normalmente.
Cuando se acabaron las restricciones por la Pandemia, para las Artes Escénicas, tuve que reincorporarme a la compañía, pero no hubo de pasar ni una semana para darnos cuenta de que no podía realizar mi trabajo con solvencia, entonces pactamos un despido por ineptitud sobrevenida; recibí un raquítico finiquito y me fui al paro; volví a Maastricht y decidí que me mudaría definitivamente allí. Luego supe, y eso me entristeció muchísimo, que la Compañía se había declarado en bancarrota (la Fundación sigue en pie) y que los actores y el director habían acabado como el rosario de la aurora, ‒la Pandemia se había llevado muchas cosas: economías, relaciones laborales, amistades…‒
Mas volviendo a Maastricht; en un país en el que no dominas la lengua es bastante improbable que como actor o director de teatro puedas encontrar trabajos en tu campo. Aunque yo seguía vinculado a la Fundación; los trabajos que hacía eran temporales (sigo organizando las jornadas académicas del FAUS, ya sabéis aquellas que me enriquecen con sabiduría, pero no con dineros) y muchos los podía hacer en linea; y para no acabar con una depresión por no estar en los tablados (los actores que me lean saben de qué hablo) me dedicaba a escribir un blog, sobre personajes de la vida teatral del Siglo de Oro Español ‒eso me salvaba el alma, aunque no la economía‒
Pero, Fortuna volvió a empujarme (esta vez para bien) y, unas semanas antes de que se me agotara el subsidio por desempleo; LinkedIn me envió el típico mensaje de un trabajo que se ajustaba a mi perfil: una organización teatral universitaria de Maastricht necesitaba un director para su nueva producción; como los estudiantes vienen de todas partes del mundo se requería que los ensayos fuesen en Inglés (el escollo del Neerlandés estaba salvado), pero además valoraban que el director tuviese conocimientos de Español pues la obra que van a montar es una traducción de un autor chileno. ‒Yo pensé “este trabajo es el mío” y después de dos entrevistas; lo fue‒

Así que unos días después de mi celebración de los falsos 27 años (solo estuve 24 años y medio) en mi anterior compañía, a la que estoy muy agradecido; el próximo 30 de agosto empezaré un trabajo nuevo, un nuevo proyecto, además en Inglés, lengua en la que nunca he trabajado, por lo que estoy “cagado” pero a la vez emocionado. Voy a trabajar para la organización teatral universitaria: “Alles is Drama”.
Son solo cuatro horas de ensayos a la semana; pero recordad que exactamente así empezó mi vida laboral en España: Fortuna me ha «reseteado». Y estoy convencido de que haciendo bien mi trabajo, como siempre he intentado hacerlo, volveré a los tiempos en que tenía que rechazar talleres de teatro. ‒Además, estoy estudiando el dificilísimo Neerlandés, porque estoy seguro de que alguna vez me servirá: ¿para actuar? ¿para enseñar también en esta lengua?‒.
Ya os contaré cómo va la cosa.
[1] A Fortuna y a otras entidades las nombro con mayúsculas porque las considero personajes de esta historia.
Que puedo decir de ti?, pues k eres un tío MUY CURRANTE INTELIGENTE SIEMPRE ACTIVO, y con los años te vas superando. TE KIERO AMIGO.
SUERTE EN LA VIDA, q la tienes.
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