EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ANÉCDOTA 45: EL BURLADOR DE SEVILLA O CÚANTAS ANÉCDOTAS PUEDEN CABER EN UNA HISTORIA XI.

Hola amigos del blog nortonteatro.blog, yo soy Nortan Palacio; conocido artísticamente, y en las iglesias quemadas, como Norton P.

HEME ALLÍ INTERPRETANDO AL AMOR DIVINO, JUNTO A MI COMPAÑERA: LA CALDERONA INTERPRETANDO A LA CULPA EN EL AUTO SACRAMENTAL: LA HIDALGA DEL VALLE DE DON PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA

EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ANECDOTA 45.

Viernes 29 de abril de 2022.

EL BURLADOR DE SEVILLA O CUÁNTAS ANÉCDOTAS PUEDEN CABER EN UNA HISTORIA X.

Hoy vamos a terminar con la larga lista de los personajes históricos que pudieron servir de modelos a Tirso de Molina para la concepción de su obra, pero esta vez hablaremos de un prototipo real del personaje de Gonzalo de Ulloa ‒como sabemos, es a quién don Juan asesina y después se burla de su estatua de piedra, ‒ por lo que da nombre al subtitulo de la obra: El burlador de Sevilla y el convidado de piedra.

A partir del informe de unas crónicas noveladas de la ciudad de Plasencia escritas en entre 1873 y 1876 los investigadores se pusieron en guardia sobre un personaje originario de dicha ciudad llamado Diego Gómez de Almaraz; las crónicas se titulan Las siete centurias de la ciudad de Alfonso VIII y las escribió Alejandro Matías Gil. En ellas se cuenta, sin darle mucha importancia, que a este personaje se le llamaba «el convidado de piedra», por un asunto particular.

Resulta que Diego Gómez de Almaraz ‒Señor de Belvís, de Almaraz y de Deleytosa‒   había asesinado a otro noble paisano suyo llamado Fernán Pérez Monroy ‒Señor de Valverde de la Vera y de Talabán‒, para vengar la muerte de su padre Blasco Gómez de Almaraz en una batalla de la Guerra Civil Castellana (1366-1369); Los Almaraces eran partidarios de EnriqueII y los Monroys de Pedro I.

A Fernán Pérez de Monroy lo sepultaron en la Parroquia de San Juan en Plasencia y en su tumba se alzó una estatua con su figura. Tiempo después, el asesino murió y casualmente fue enterrado en la misma iglesia y, también casualmente, se alzó otra estatua de sí mismo en su tumba ‒al parecer era común en la época poner estatuas con la figura del fallecido‒; estando las dos sepulturas muy cercanas. Durante la revuelta de los comuneros, la parroquia fue quemada y por el incendio se hundió, cuando terminaron los trabajos de desescombro se dieron cuenta de que la estatua de Pérez Monroy había quedado intacta, mientras que la de su asesino, Gómez de Almaraz, estaba totalmente destruida y por eso a este último empezaron a llamarle «convidado de piedra» en Plasencia y en toda Extremadura.                 

DOS IMÁGENES DE LA IGLESIA DE SAN JUAN: UNA, COMO ESTUVO MUCHOS SIGLOS DESPUES SER ARRASADA POR EL INCENDIO, SIN REPARAR; Y OTRA, RESTAURADA.

Al año siguiente de publicada la Crónica, la Real Academia de la Historia encargó a uno de sus miembros ‒original también de Plasencia y bibliógrafo oficial de Extremadura: Vicente Barrantes Moreno‒, que emitiera un informe sobre la obra Las siete centurias de la ciudad de Alfonso VIII, y es éste quien se fija en el detalle que allí se había contado sin importancia. En el Boletín de la RAH da a entender que Diego Gómez de Almaraz era el origen del personaje de Gonzalo de Ulloa en la obra de Tirso. Además, lo adorna con la historia de que había sido el abuelo de Doña María la Brava[1] y con otras indicaciones literarias y teatrales:

Análogo sentimiento produce la ligereza de otras indicaciones que quizás pueden encerrar tesoros desconocidos de noticias literarias, como las de las cortes de amor en el siglo xv, y la del Fulano de Almaraz, abuelo de la famosa heroína de Salamanca Doña María la Brava, que llamaron en Plasencia por el mismo siglo «El Convidado de Piedra». las indicaciones que el Sr. Gil hace en esta obra nos inspiran el deseo de más profunda investigación. Un «Convidado de Piedra» en el siglo xv y tan cerca de Trujillo, donde se cree que pasó su juventud el maestro Tirso de Molina, quizás es fuente de peregrinos descubrimientos para los historiadores de nuestro teatro nacional.[2]

Esto dio pábulo  a emprender la búsqueda, a investigadores tales como Emilio Cotarelo y Mori, Gendarme de Bevotte o al mismísimo Menéndez Pidal, pero después se cayó en la cuenta ‒justamente Menéndez Pidal‒ de que el apodo solo lo había obtenido Gómez de Almaraz después del episodio de la iglesia derruida y nunca se le llamó así cuando estuvo vivo, además; se coligió que en este caso se le llamó «convidado de piedra» al matador y no al matado ‒al contrario de lo que sucede en El burlador de Sevilla‒ por lo que esta búsqueda, al parecer, perdió interés.

De lo que no parece haber duda es de que Tirso de Molina tuvo que tomar algo de la historia cuando, como bien dice Barrantes, vivió de joven en Trujillo ‒muy cerca de Plasencia‒: la historia de un asesinato, una tumba con su estatua, el asesino que va al mismo cementerio (aunque Don Juan va todavía vivo y a Gómez de Almaraz lo llevan sepultar), el suceso de una estatua que pervive a una demolición, dando pie a una suposición sobrenatural y, sobre todo, el original, llamativo y teatral apodo: «El Convidado de Piedra».

Nos vemos la próxima semana.


[1] Otro personaje conocido de Plasencia y cuya vida dio pie a la escritura la obra de teatro de Eduardo Marquina: Doña María la Brava en 1909. Como se aprecia, todo muy teatral.

[2] Boletín de la Real Academia de Historia Española. 1877.

Publicado por nortonteatro

Soy Actor, dramaturgo, docente de teatro, filólogo, y doctor en investigación literaria y teatral con una tesis doctoral titulada: El teatro de Quevedo (una aproximación pragmática). Fui miembro fundador de la Compañía Corrales de Comedias Teatro en 1994 y he trabajado con ésta en el corral de Comedias de Almagro por más de 25 años; pertenezco al comité artístico de la Fundación Teatro Corral de Comedias; organizo el Festival de Autos Sacraméntales FAUS; estoy especializado en realizar versiones de entremeses de Cervantes y Quevedo y en escribir piezas breves de carácter barroco (casi todo en verso) para acompañar algunos espectáculos de la compañía: como la Loa al Teatro Breve, Loa a los entremeses de Cervantes, Loa al Auto Sacramental La Hidalga del Valle de Calderón de la Barca, Loa al Carro de los Cómicos o la Mojiganga para el Auto Sacramental El labrador de la Mancha de Lope de Vega.

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