Hola amigos del blog: nortonteatro.blog. Yo soy Nortan Palacio, conocido artísticamente y en los virreinatos de Sicilia y Nápoles como Norton. P.

EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ANECDOTA 41.
Viernes 1 de marzo de 2022.
EL BURLADOR DE SEVILLA O CUÁNTAS ANÉCDOTAS PUEDEN CABER EN UNA HISTORIA VI
En la anterior entrada hablábamos de personajes reales que podrían haber sido los antecedentes de los protagonistas de El burlador de Sevilla, basándonos en personas que tuvieron el nombre y apellido de éstos: como Don Juan Tenorio (el burlador) o Gonzalo de Ulloa (el convidado de piedra); a partir de ahora vamos a detenernos en personajes ‒también reales‒ que aunque no llevan tales denominaciones, se han colocado en las listas de los investigadores con muchas posibilidades de haber sido los verdaderos originales para la creación de los modelos. Posibles Juanes tenorio por sus vidas canallescas y conquistadores por antonomasia; y presumibles Gonzalos de Ulloa por haber sido asesinado por un joven noble y calavera y haber sido enterrado en mausoleo con estatua e incluso ‒en un caso que presentaremos‒ haber sido apodados “convidados de piedra”.
Empecemos por los probables originales de Don Juan que no se llamaban Juan ni se apellidaban Tenorio. El que presentamos esta vez nos llama bastante la atención porque, además de ser un buen prototipo trae consigo aparejada otra historia -que también nos cuenta Blanca de los Ríos‒ y que la hace intrigante. Pero vayamos por partes. Hoy hablaremos del Duque de Osuna.
Pedro Téllez[1] Girón y Velasco Guzmán y Tovar, II marqués de Peñafiel, VII conde de Ureña, Señor de Oliveira y, después de morir su padre, tercer duque de Osuna fue en sus años mozos un vividor, mujeriego, amigo de chanzas y mofas que vivió en Sevilla a finales del siglo XVI. Su fama como burlador fue tal que mereció entrar en varias crónicas, ensayos, se documentaron biografías, y hasta se escribió otra obra de teatro con su verdadero nombre; resaltando sus escándalos juveniles: Las mocedades del duque de Osuna escrita por Cristobal Monroy y Silva.
Aunque después de sus años mozos se reconvirtió y llegó a ser un gran personaje de la historia española: sirvió a Felipe III de Virrey y capitán general de los reinos de Sicilia y de Nápoles entre 1610 y 1620, combatiendo en estos lugares contra turcos y venecianos, y se dice que llegó a organizar un episodio muy oscuro de la historia española de la época (algún día hablaremos de esto): la conjuración de Venecia. También batalló con arrojo en Flandes e intentó modernizar la Armada Española. Por todo esto llegó a ser conocido como Pedro el Grande y fue reconocido con el Toisón de Oro y nombrado Grande de España. En esos tiempos se escribieron ya obras laudatorias a su vida; como algunos poemas del mismísimo Francisco de Quevedo quien fue su secretario en su virreinato siciliano. También escribió Quevedo una biografía suya que no se conoce editada puesto que se haya en una colección a la que no se permite acceder a los estudiosos: la Colección del marqués de Valdeterrazo. La biografía se titula Dichos y hechos del duque de osuna en Flandes, España, Nápoles y Sicilia (enesta biografía, no sabemos si por lavar su imagen, no se menciona su licenciosa vida juvenil). Pero con todo esto, no logró superar la endémica corrupción española. El conde-duque de Olivares, cuando ya era valido de Felipe IV, al considerar al duque de Osuna hombre de Uceda (el valido a quién Olivares había desbancado), lo envió a prisión, donde murió[2].

Pero vayamos a lo que nos interesa[3]: sus mocedades en aquella Sevilla de los últimos años del siglo XVI. También hay una biografía publicada en Amsterdam en 1699 por Gregorio Leti y en ésta su vida disoluta sí que adquiere importancia. Tanto que, siglos después en 1905, en una introducción (discurso preliminar) a la edición de la novela ejemplar de Cervantes: Rinconete y Cortadillo, editada por la Real Academia Española el editor y académico Francisco Rodríguez Marín -hablando de Sevilla y comparándola con ciudades que fueron cabezas de imperio tales como Babilonia, Atenas o Roma, tanto para lo bueno como para lo malo‒ todavía recoge la memoria de los años locos del III duque de Osuna y dice esto en la página 98.
No podían faltar en Sevilla, Atenas de la picaresca, mozos nobles y arrojados, pendencieros, mujeriegos, jugadores y amigos de toda huelga y diversión, que alternasen y se confundiesen con los picaros, si no atentando contra la propiedad ajena, a lo menos, corriendo y haciendo correr graves peligros, de que alguna que otra vez resultaban heridas, y aun tal cual muerte. Por los años de 1592, entre los muchos mancebos nobles y ricos que en Sevilla se andaban a esa torpe vida de desórdenes y escándalo, hacía de caporal, aun no habiendo cumplido los diez y ocho años, don Pedro Téllez Girón, marqués de Penafiel, primogénito de don Juan, el segundo duque de Osuna, a quien sucedió y heredó en 1594. Libre de sujeción el bizarro mozo, pues el Duque se había confesado incapaz de refrenarlo, de genio vivísimo, de muy lozano ingenio, valiente hasta más allá del arrojo y muy amigo de bromas y francachelas, hizo cosas que, como dicen, no están en el mapa, tanto que vino a formarse de él, en sus mismos días, mito y leyenda, que recogió en parte, años después de su muerte, don Cristóbal de Monroy y Silva, en su comedia intitulada «Las Mocedades del Duque de Osuna».
Muchos investigadores toman este pasaje como base para sus teorías sobre que el III duque de Osuna fue el original que dio pie al modelo de Don Juan. Pero en el caso de Blanca de los Ríos va más allá.
En otro importante artículo titulado El enigma biográfico de Tirso de Molina publicado en 1928, aporta datos que, como decíamos antes, hacen esta historia sorprendente y de interés. Resulta que la investigadora encontró la partida de bautismo del mercedario Gabriel Téllez (a la sazón nuestro Tirso) y en ella consta que fue bautizado en la iglesia de San Gines de Madrid y que además en la partida hay una parte borrada donde deberían ir los nombres de los padres del bautizado. El hecho de que el duque de Osuna fuera feligrés de dicha iglesia en el tiempo del bautizo y que además el apellido real de Tirso fuera Téllez, hacen deducir a doña Blanca que Gabriel Téllez era hijo bastardo de Pedro Téllez, o lo que es lo mismo: Tirso de Molina era hijo del III Duque de Osuna. Y además se atreve a concluir que Tirso, en venganza por su no reconocimiento llegó a escribir la historia de su burlador basándose en la vida disoluta de su padre, para resarcirse. ¿A que es una buena historia de mentidero?
Lastima que no hay indicios documentales reales (más que una nota tachada y la coincidencia de una parroquia) que las puedan sustentar. Por eso muchos investigadores como Ignacio Arellano o Saint Paulien rechazan esta teoría.
Nosotros, aunque por su intriga nos gustaría que fuera la real y definitiva, seguiremos en nuestra búsqueda de teorías, pistas y pruebas de otros investigadores y otros posibles personajes reales que configuraron a Don Juan Tenorio.
Nos vemos la próxima semana.
[1] Quedémonos con el primero de los muchos apellidos del Duque de Osuna: Téllez; porque tiene su aquel.
[2] Suerte parecida corrió Francisco de Quevedo por ser del mismo bando, aunque este no murió en prisión.
[3] Mi alma bloguera, y más en un blog titulado el mentidero… y más estando Quevedo de por medio; se deja llevar por la curiosidad y vuela por otros lares que se me antojan también interesantes: solo espero que enriquezcan el relato y, si es posible, el conocimiento de los lectores.
Ejemplar clase de historia y de no tan increíbles suposiciones. Gracias, Nortan
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Si que es una buena historia de mentidero a ver si descubren más cosas sobre Don Juan Tenorio y gracias Norton por tu buenas historias un saludo 👋
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