EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ANÉCDOTA 40: EL BURLADOR DE SEVILLA, O CUÁNTAS ANÉCDOTAS PUEDEN CABER EN UNA HISTORIA VI.

Hola amigos del blog: nortonteatro.blog. Yo soy Nortan Palacio, conocido artísticamente, y en los navíos de corsarios, como Norton P.

HEME ALLÍ, DESENFOCADO, EN OTRA ESCENA INTERPRETANDO AL DUQUE OCTAVIO EN EL BURLADOR DE SEVILLA

EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ANECDOTA 40.

Viernes 25 de marzo de 2022.

EL BURLADOR DE SEVILLA O CUÁNTAS ANÉCDOTAS PUEDEN CABER EN UNA HISTORIA V.

A LA BUSQUEDA DE UN DON JUAN HISTÓRICO

Todos los mitos literarios tienen algo que los hace irresistibles ante los ojos de los demás mortales. Por eso los estudiosos se devanan los sesos buscando pistas que los lleven a encontrar la raíz de aquel o este mito. Es así como vemos legiones de detectives (investigadores) buscando reales Alfonsos Quijano en pueblos de la llanura manchega como Argamasilla de Alba, Alcázar de San Juan o Villanueva de los Infantes para encontrar el origen de Don Quijote; o a hordas de turistas desenfrenados tocando las tetas de una estatua de Julieta en la toscana Verona, debajo del balcón de la supuesta casa de los Capuleto, soñando con descubrir a la real eterna enamorada de Romeo.

Así, en nuestra búsqueda, El Burlador de Sevilla no deja de sorprendernos con las anécdotas encontradas acerca de los personajes históricos que pudieran haber sido reales «Don Juanes Tenorios». Por eso ‒apuntados al carro de los investigadores y hasta de turistas‒, vamos a seguir esta senda; y en las próximas anécdotas vamos a conocer a algunos de estos caballeros que han contado con más interés.

Varios de los estudiosos que hemos ido nombrando[1] en las entradas acerca de los antecedentes de El burlador de Sevilla sostienen (unos más que otros) que hubo una historia verdadera acerca de los árboles genealógicos de los Tenorio y de los Ulloa (apellido del Comendador) y acerca de la trágica muerte que unió a las dos familias en la historia del mito, allá por el siglo XIV. Esta historia se contaba en los Mentideros sevillanos y, supuestamente, se hallaba escrita en unas Crónicas de Sevilla (aunque hoy no se tiene noticia de dónde pueden hallarse esas crónicas).

Según se decía: la familia Tenorio había llegado a Sevilla, procedente de Galicia, en los tiempos del rey Alfonso XI. Destacaba entre ellos Alfonso Jofre Tenorio quien llegó a ser Almirante de Castilla y que tuvo dos hijos: Don Juan, que era comendador de la Orden de Santiago en Estepa y además camarero de Alfonso XI (es curioso porque en la comedia Tan largo me lo fiais el personaje de Don Juan es hijo del camarero mayor de Alfonzo XI); y Don Alfonso, que llegó a ser Alguacil mayor de Toledo ‒ De este descendería Don Pedro Tenorio quien llegó a ser Arzobispo de Toledo y es de los pocos Tenorios (luego conoceremos a otro del que incluso también se sospechó que habría sido el real Don Juan) de los que se tienen noticias fiables llegadas a nuestros días en crónicas y documentos de su época. También se decía que la familia Tenorio había caído en desgracia en tiempos de Pedro I «El cruel», hijo de Alfonso XI y que debido a este infortunio se habían hecho desaparecer las Crónicas de Sevilla donde se nombraban.

Por otra parte, se contaba que en las Crónicas del Rey don Pedro escritas por el Canciller Pero López de Ayala (estas crónicas sí que se pueden consultar) se cita a Gonzalo Sánchez de Ulloa y a su hermano Lope Sánchez de Ulloa que era Comendador Mayor de Castilla (los que creen en esta historia piensan que Tirso de Molina cuando creó a sus personajes pudo haber confundido los nombres y darle a don Gonzalo el título de Comendador que era realmente el título de su hermano Lope). Pues a este comendador lo habría asesinado Don Juan ‒no se dice cuál fue la causa‒ y se le dio sepultura en el convento de San Francisco; en el sepulcro se levantó una estatua del finado[2] y una capilla. Dejamos en espera esta parte de la historia para unirla luego con la siguiente.

Luego está lo que cuenta Gendarme de Bevotte en su libro de 1906: La legende de Don Juan: son evolution dans la literatura, des origines au Romantisme y que une más a estas dos ramas de las historias y llega hasta la consumación de la última parte que cuenta Tirso en su Burlador. De Bevotte sostiene que el hispanista Louis Viardot  ‒quien había estado por todos los rincones de Sevilla recogiendo las historias, en 1835‒ contaba que Don Juan, no contento con haber dado muerte al Comendador, fue hasta el convento de san Francisco a burlarse de la estatua y que por esto los monjes franciscanos se vengaron de él tendiéndole una emboscada para asesinarle. Después de esto los frailes hicieron circular por Sevilla el rumor de que la muerte del burlador había sido un castigo de ultratumba. Recrearon la leyenda de que el Comendador había regresado del más allá para convidar a Don Juan y lo había asesinado para vengarse de su propia muerte.

Parece que uniendo las dos ramas nos queda la historia bastante clara y cercana a nuestra obra. Aunque también inquietaba a los seguidores de esta vía el pensar en: cómo siendo una historia tan local contada sólo en los Mentideros de Sevilla hubiese llegado a oídos de un fraile mercedario que vivía en Madrid. Pues bien, otra vez Blanca de los Ríos vino a poner claridad sobre las dudas con datos fiables: descubrió que Tirso de Molina tuvo que vivir una temporada en Sevilla.

Resulta que la investigadora, en 1898, encontró en el Archivo de Indias una Cédula Real otorgada por Felipe III en 1616; en la cédula el rey autorizaba a una delegación de frailes mercedarios encabezada por Fray Juan Gómez de la Merced a viajar a Santo Domingo en labores de evangelización. En esta delegación se encontraba Gabriel Téllez de la Merced o, lo que es lo mismo, nuestro Tirso de Molina.

En el artículo que ya mencionamos: El viaje de Tirso a Santo Domingo, la génesis de «El rey Don Pedro en Madrid» y la creación del «Don Juan» de Blanca de los Ríos nos cuenta que los barcos que zarpaban desde Sevilla hacia las Indias debían ir escoltados por fragatas de guerra para combatir posibles ataques de corsarios, pero para la preparación de tales fragatas a veces se necesitaba esperar meses y las travesías tenían que ser retrasadas. Entonces de los Ríos sostiene que en esos meses que Tirso vivió (obligado por las circunstancias) en Sevilla escucharía la historia y se atreve a conjeturar que allí en la misma Sevilla crearía el mito de Don Juan.

Pero claro, no todos los investigadores dan pábulo a esta posible historia: primero, porque Tirso no dejó pistas de dónde lo había concebido ni de cuáles habían sido sus referentes y, segundo, porque la historia que se contaba en Sevilla provenía de unas Crónicas de la ciudad que nunca se han encontrado.

Es por esto que; aunque esta historia nos parece interesante, creíble y que de ser cierta sería estupenda; nosotros no cejaremos en seguir a más detectives que siguen pistas de otros «Don Juanes» reales, en futuras anécdotas. Y créanme que son incluso más interesantes y divertidas.

Nos vemos la próxima semana.      


[1] Menéndez Pidal, Víctor Said Armesto, Gendarme de Bevotte, Blanca de los Ríos, Márquez Villanueva.

[2] Esta estatua, según Blanca de los Ríos, todavía se podía ver en Sevilla en lo que es hoy el Parque de María Luisa de esa ciudad en los primeros años del siglo XX y que después fue comprada por el Duque de Montpensier, pero hoy se halla perdida.

Publicado por nortonteatro

Soy Actor, dramaturgo, docente de teatro, filólogo, y doctor en investigación literaria y teatral con una tesis doctoral titulada: El teatro de Quevedo (una aproximación pragmática). Fui miembro fundador de la Compañía Corrales de Comedias Teatro en 1994 y he trabajado con ésta en el corral de Comedias de Almagro por más de 25 años; pertenezco al comité artístico de la Fundación Teatro Corral de Comedias; organizo el Festival de Autos Sacraméntales FAUS; estoy especializado en realizar versiones de entremeses de Cervantes y Quevedo y en escribir piezas breves de carácter barroco (casi todo en verso) para acompañar algunos espectáculos de la compañía: como la Loa al Teatro Breve, Loa a los entremeses de Cervantes, Loa al Auto Sacramental La Hidalga del Valle de Calderón de la Barca, Loa al Carro de los Cómicos o la Mojiganga para el Auto Sacramental El labrador de la Mancha de Lope de Vega.

3 comentarios sobre “EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ANÉCDOTA 40: EL BURLADOR DE SEVILLA, O CUÁNTAS ANÉCDOTAS PUEDEN CABER EN UNA HISTORIA VI.

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