Hola amigos del blog: nortonteatro.blog. Yo soy Nortan Palacio conocido artísticamente, y en el inframundo, como: Norton P.

EL MENDTIDERO DE LOS COMEDIANTES ANÉCDOTA 38.
Viernes 11 de marzo de 2022.
EL BURLADOR DE SEVILLA O CUÁNTAS ANÉCDOTAS PUEDEN CABER EN UNA HISTORIA IV.
Nuestras pesquisas sobre los antecedentes del Burlador de Sevilla nos acercan cada vez más al tiempo en que la obra fue gestada: El Siglo de Oro Español, ‒si estuviésemos en una novela policiaca; podríamos decir que estamos a punto de descubrir al culpable‒ aunque sabemos que no se trata de eso, sino de conocer las fuentes de las que pudo haber bebido Tirso de Molina.
Otro de los estudiosos que hemos nombrado en las anécdotas que van ocupando esta obra magna es Víctor Said Armesto, quien en su libro: «La leyenda de Don Juan: orígenes poéticos del Burlador de Sevilla» de 1946 dedica un apartado a las «novelas» escritas en los primeros tiempos de ese Siglo de oro y que lo llevaron a sospechar que pudieran haber servido de modelos a Tirso. La primera que menciona es la novela de Vicente Espinel: Vida del escudero Marcos de Obregón, publicada en 1618. En ella el escudero narra que su vida discurre sirviendo a diferentes amos, como en toda novela picaresca, y cuenta que a uno de los que sirve, al que denomina Marqués de las Navas[1], luchó contra el espectro del hombre al que había matado. Por nuestra parte sospechamos que Vicente Espinel pudo haber bebido de las fuentes folclóricas del duelo con un difunto bien conocidas en esta época.
También menciona Said Armesto otra novela titulada: Fortuna varia del soldado Píndaro; escrita por Gonzalo Céspedes y Meneses y publicada en Madrid en 1626. Allí hay un pasaje donde en París, un soldado español llamado Céspedes ‒como el autor‒ lucha contra un tal Barón de Ampurdá, un noble francés al que Céspedes da muerte. Unos días después el Barón difunto se le aparecerá a Céspedes y le obligará a que luche con él. En este caso, tampoco nos entusiasma este pasaje como antecedente, puesto que, además de pensar en que también pudo ser una anécdota tomada del folclore, su publicación en 1626[2], un año después de la publicación de El burlador de Sevilla nos lleva a dudar de su importancia para Tirso de Molina.
De todas las novelas mencionadas por Said Armesto, la que más nos llama la atención es otra del mismo autor: Gonzalo Céspedes y Meneses. En una obra, en la que junta seis novelas cortas, a la que llamó: Historias peregrinas y ejemplares ‒impresa en Zaragoza en 1623‒ En una de estas historias, la titulada La constante cordobesa aparece un personaje llamado don Diego que es un libertino seductor, a pesar de que está casado. Este don Diego se encapricha de doña Elvira, una dama virtuosa a la que aspira violentar con ayuda de una alcahueta. Mientras don Diego espera que doña Elvira sea embaucada por la vieja, entra en una iglesia y allí se interesa por uno de los sepulcros del que, intempestivamente, se levanta el difunto enterrado vestido con un hábito franciscano. El muerto se presenta como padre de doña Elvira y reclama a don Diego que deje sus intentos deshonrosos con su hija. Aquí sí que se nos aparecen motivos más cercanos al de nuestro Burlador y, si se nos permite, casi entroncarían con la obra que luego sería (al menos en el mundo hispánico) la más famosa secuela de nuestra obra: Don Juan Tenorio de José Zorrilla. Los nombres de algunos personajes (Diego Tenorio es el padre de don Juan) y el personaje de la Alcahueta le conceden esta cercanía. Ya estaríamos tras pistas bastantes más fiables.
Siguiendo en este tiempo nos acercaremos ahora a las obras teatrales de la primera etapa de este Siglo de Oro ‒anteriores al Burlador‒ y nos vamos a encontrar con varios galanes canallescos a los que se podrían tachar de prefiguraciones de nuestro don Juan Tenorio. Empezaremos anotando que Ignacio Arellano en el estudio introductorio a su edición crítica de El burlador de Sevilla menciona que existen varios críticos que consideran que el personaje de Cariofilo de la comedia Eufrosina del portugués ‒aunque escribía en castellano‒ Jorge Ferreira de Vasconcelos, de antes de 1580, sería uno de los primeros antecedentes ‒teatrales‒ de don Juan. Aunque hay discordancia entre las opiniones de varios estudiosos de esta afirmación. Con esta cronología, después nos encontramos con que Márquez Villanueva se percató de que Leandro Fernández de Moratín en su obra Orígenes del Teatro Español establecía una relación entre el personaje de Leucino de la comedia El infamador de Juan de la Cueva representada en 1581 y el Burlador. Pero tampoco es una teoría que haya contado con mucho éxito, puesto que el personaje, aunque seduce para burlar, se interesa por una sola dama. Esto ha hecho que a Leucino se le haya comparado más con el Calixto de La celestina; siendo, por fechas, Calixto precedente de Leucino.
Después de esto, Márquez Villanueva pone la atención algunos caballeros con características donjuanescas más acusadas en personajes secundarios de comedias tempranas de Lope de Vega y menciona sobre todo al personaje de Luzán en la comedia El caballero del milagro de 1595 que sí que aparece ya como un recalcitrante burlador de mujeres. Pero, para nosotros, resulta más llamativo el siguiente que menciona Márquez: el personaje del Duque Octavio en la comedia La fuerza lastimosa de 1603. El burlador de esta comedia, el Duque Octavio, se hace pasar por el prometido de una dama noble en la corte para burlarla. Y aquí es donde encontramos las similitudes realmente interesantes: puesto que, justo al comienzo de El burlador de Sevilla, Don Juan Tenorio se hace pasar por el prometido de la Duquesa Isabela en la corte de Nápoles y así logra burlarla, pero resulta que el nombre del prometido de la Duquesa Isabela no es otro que el Duque Octavio: apareciendo aquí éste como el cornudo en lugar del burlador. ¿Algún juego de espejos, o algún guiño de Tirso a Lope? Dato curioso al fin y al cabo: no perdamos de vista que esto es «El Mentidero de los Comediantes»

Finalmente nos encontramos con unas observaciones de Américo Castro en su libro El don Juan de Tirso y el de Moliere como personajes Barrocos. En él, llega a la conclusión de que[3]:
Tirso al crear a su burlador quiso poner en evidencia el comportamiento nada ejemplar e innoble de ciertos miembros de la caballeresca y de la aristocracia española que abusaban de su poder para burlar a jóvenes, generalmente de baja extracción social, bajo el engaño de un falso casamiento y que este hecho reprobable quedó como una crítica subyacente en comedias del Barroco de las más conocidas de Lope de Vega, e incluso de Calderón.
Siguiendo estas premisas de Américo Castro nos podemos encontrar personajes con tintes donjuanescos en obras tan famosas como: Fuenteovejuna, Peribáñez y el Comendador de Ocaña o El mejor alcalde, el Rey. Ahí es nada.
En la próxima entrada hablaremos de personajes de comedias del propioTirso de Molina, escritas antes de El Burlador de Sevilla y en las que podemos encontrar personajes, esta vez sí, prefiguraciones de su Don Juan. Ensayos, esbozos o borradores en los que se nota que ya estaba creando el que luego sería su mito y, nos repetimos, uno de los mas grandes mitos del teatro del Siglo de Oro español.
Nos vemos la próxima semana.
[1] Una historia similar recoge Lope de Vega en una de sus comedias, titulada precisamente El Marqués de las Navas. Por lo que se deduce que esta fabula era conocida en su tiempo y que uno de los Marqueses de las navas, no sabemos cuál, debió haber tenido la fama de haber efectuado tal duelo con un ser del más allá.
[2] Sin embargo, hemos de reconocer que en aquel tiempo las obras literarias se publicaban meses, o incluso años, después de haber sido creadas. Aunque eran conocidas con antelación porque circulaban en manuscritos sueltos que los autores iban pasando a otros colegas para que opinaran o escribieran versos laudatorios de cara a los prólogos de las publicaciones.
[3] Estas conclusiones las extraemos del Trabajo de Final de Master de Irene Ortiz Rosado, para la facultad de Filología Hispánica de la Universidad Complutense de Madrid , en 2014.
TODA UNA LABOR DE INVESTIGACIÓN LITERARIA A GUISA DE SCOTLAND YARD.
ESTO ES COMO UNA NOVELA POR ENTREGAS,
ENHORABUENA QUERIDO NORTON
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Muy interesante como siempre Norton. Ayuda a comprender la importancia y la proyección futura del mito y de la obra de Tirso como inspiración durante siglos, nada menos que para el Don Giovanni de Mozart por ejemplo.
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Fantástica entrega como todas las publicadas, Norton.
Un placer leer tu blog en interpretarlo como lo que es: una lección magistral de una literatura tan nuestra.
Fuerte abrazo.
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Ya queda menos para el desenlace. Estamos leyendo en clase el de Zorrilla. Lo paso a los estudiantes, pues la explicación de la trayectoria del mito es impagable. Gracias, maestro
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