Hola amigos del blog: nortonteatro.blog. Yo soy Nortan Palacio, conocido artísticamente, y en los bajos de Versalles, como Norton P.

EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ANÉCDOTA 32.
Viernes 28 de enero 2022.
JEAN-BAPTISTE POQUELIN: MOLIERE. ”NO TODO LO QUE RELUCE ES AMARILLO II”
En la anécdota anterior habíamos dejado a Jean-Baptiste Poquelín bajo la protección de Luis XIV, instalado en el teatro estable Petit-Bourbón y con su primera obra maestra escrita y estrenada con éxito: Las preciosas ridículas. Todo esto en 1659; solo un año después de haber vuelto a París ya parecía haber alcanzado la gloria. Pero no tardarían en llegar los sinsabores que, a pesar de su genialidad y fama, le perseguirían toda la vida.
En 1660 después del estreno exitoso de El cornudo imaginario o Sganarel (personaje que recorrería varias de sus obras y al que siempre interpretaría él mismo) fue derribado el teatro Petit-Bourbón para construir una columnata para el Museo del Louvre; por lo que ese invierno la compañía, a pesar del patrocinio real, no pudo trabajar. Este impasse lo aprovecharían las otras compañías rivales ‒aquellas que ya antes le habían contraprogramado‒ para intentar dividir la de Moliere, haciendo propuestas de mejoras económicas a sus comediantes y algunos picaron. Sin embargo, para 1661 Luis XIV los trasladó al Palais -Royal. Allí estrenó una de sus obras más exitosas: Les facheux (Los fastidiosos) la primera de sus, después famosas: comedias ballet. Además, con Música del compositor favorito del Rey: Jean Baptiste Lully. Ahora sí que todo tenía que ir bien, pero no. Primero porque nuestro teatrero todavía intentó destacar en el género trágico, el género francés por excelencia y se descalabró con la tragedia Dom García de Navarra, un gran fracaso que llenó de alegría a las compañías que veían con envidia la protección real. Aunque Moliere, experto en levantarse de las caídas respondió con el estreno de otro éxito: La escuela de los maridos.
En 1662 se casó con Armande Bejart, hija (ilegítima) de su primera mujer Madeleine y 20 años menor que él. Esto despertó gran escándalo, puesto que se decía que Armande sí que era hija de Moliere y por tanto su primera mujer era su suegra y la segunda, su hija. Si a esto se le añade que corrían rumores de que Armande solo estaba con él por dinero y prestigio y que tenía varios amantes; entonces se le aplicaba, con crueldad y cierta veracidad, el apodo de su personaje estrella -Sganarel: el cornudo imaginario‒
Entre los que más se ensañaban contra Moliere se encontraba el partido de “Los devotos” y su sociedad secreta: la Compañía del Santo Sacramento; llena de retrógrados reaccionarios, pero que estaban protegidos por la madre del Rey: Ana de Austria. Los sacramentarios consideraban que la influencia de Moliere sobre Luis XIV, ya de por sí libertino, podía ser funesta para el reinado. Más si le añadimos, a la controvertida vida marital de Jean Baptiste, que las obras que empezó a estrenar entonces estaban llenas de críticas a los pedantes, a los falsos religiosos (devotos), al esnobismo de los nuevos ricos burgueses, a los médicos ignorantes y además ensalzaba la juventud (Luis XIV todavía lo era) y a las mujeres (en un primitivo feminismo). Todos estos eran elementos por los que los devotos encontraban razones para alzar los gritos al cielo. Entre estas obras se encontraban La escuela de las mujeres de 1662 a la que consideraron obscena e irreligiosa, por abordar la condición femenina desde su propia perspectiva. A esta obra la atacaron con otras y Moliere respondió con La crítica de la escuela de las mujeres en 1663. En este mismo año ya estaba componiendo su genial Tartufo y representó ante el Rey Sol los tres primeros actos de los que, al parecer, el monarca fue gustoso.

Para más inri; en 1664 Luis XIV nombró a nuestro dramaturgo: “responsable de las diversiones de la corte” y entonces escribió y representó obras con gran pompa y maquinaria escénica (al estilo de lo que estaba haciendo entonces en España nuestro Pedro Calderón de la Barca para Felipe IV; el Rey Sol patrio) incluso en Versalles entre las que encontramos: Los placeres de la isla encantada y La princesa de Élide (basada en una obra de Agustín Moreto[1]).
En ese mismo1664 estrenó, finalmente, su Tartufo y levantó tal revuelo entre Los devotos que presionaron tanto al Rey que este se vio obligado a prohibir la obra durante cinco años. Uno de los momentos más ácidos para aquellos beatos era el momento en el que el propio Moliere aparecía en escena vestido de cura y con cilicio a la cintura. Aunque en realidad la gran crítica del genial dramaturgo se refería a le denuncia de la hipocresía religiosa. A pesar de la prohibición Moliere hizo varias representaciones privadas en palacios particulares en las que los nobles disfrutaban de lo lindo.
En 1665 estrenó su Dom Juan, basado en El burlador de Sevilla de Tirso de Molina, pero recogida de otra versión llevada a la lengua francesa llamada El festín du Pierre. Donde Moliere ensalza la figura del libertino. La obra se suspende por cuestiones de temporada (llegada de la cuaresma en la que no se podía representar), pero después fue atacada y censurada incluso más que El Tartufo. Se perdió el manuscrito y solo pudo rescatarse y llegar a nosotros por una copia que tenía uno de los actores, y que fue ‒no se sabe cómo‒ editada (y expurgada) por un librero de Amsterdam en 1683.
En 1666 estrenó dos de sus obras más conocidas: El misántropo donde critica la necedad de los seres humanos que a la vez se creen más sabio que los demás. Y El médico a palos, divertimento, que es una de las obras más representadas en todo el mundo y en todas las épocas, en el que se ríe de la falsa sabiduría de los médicos.
Así, irá caminando hasta el final de sus días con esos momentos de ascenso y caída ‒más de ascenso a pesar de los muchos enemigos‒ de los que Moliere sabe reponerse. De lo único que no podrá salvarse es de su enfermedad crónica; tuberculosis que lo llevará a su fin, aunque también se valga de ella para otra de sus genialidades. Pero todo esto lo trataremos en la última de las entradas acerca de nuestro amarillento Jean-Baptiste.
Nos vemos la próxima semana.
[1] Debemos tener en cuenta que en aquella época los dramaturgos españoles gozaban de gran fama en Europa e Hispanoamérica y que eran copiados con alevosía. Aunque esto no era visto en ese momento como plagio sino como homenaje a la dramaturgia más importante que haya dado país alguno. Hablaremos de ello en una entrada de este nuestro blog.
Bravo Norton, Qué interesante! Esperando la tercera entrega del amarillo Moliere 🙏
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Enhorabuena Nortan , me encantó el anterior artículo , donde me descubriste al Calderón de la ópera. Y ahora, con Este , me fidelizas a tu pagina.
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Gracias Edmon, espero que te guste y seguir cumpliendo tus expectativas. Un abrazo
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Felicidades Norton con tu trabajo, como es la vida y cuanto pasa este hombre y que final tiene ,bueno sigue así amigo y gracias
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