EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ANECDOTA 24: JUAN RUIZ DE ALARCÓN; UN MEXICANO EN LA CORTE DEL REY LOPE DE VEGA II.

Hola amigos del blog nortonteatro.blog. Yo soy Nortan Palacio, conocido artísticamente y en el mundo entremesil como Norton P.

HEME ALLÍ INTERPRETANDO A ESTEBAN DE SOLORZANO EN EL ENTREMÉS EL VIZCAINO FINGIDO DE MIGUEL DE CERVANTES.

EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ENTRADA 24.

Viernes 29 de octubre. 2021.

JUAN RUIZ DE ALARCÓN, UN MEXICANO EN LA CORTE DEL REY LOPE DE VEGA II

 Decíamos la semana pasada (anécdota 23) que Juan Ruiz de Alarcón había llegado a Madrid en abril de 1614[1], procedente de su México natal y que una de las primeras cosas que quiso hacer fue granjearse la amistad de Félix Lope de Vega Carpio (el Fénix de los Ingenios); en ese momento Rey de los dramaturgos de Madrid de España y de gran parte del Orbe[2].

En un principio parece que hubo cierta empatía puesto que el mexicano hace un elogio de Lope en una de sus primeras comedias puestas en escena en Madrid: La culpa busca la pena y el agravio la venganza se cree que de 1614-15. En ella dice:

La comedia, felizmente,

aplaudida a puerto llega

que era de Lope de Vega

y el baile de Benavente.

Pero en cambio, en otra comedia de 1617: Las paredes oyen, ya lo encontramos criticando al Rey de los dramaturgos; creemos que fue porque la pléyade de escritores de la corte de Lope se había ensañado con él, por sus aspiraciones y su figura contrahecha, como advertimos la semana pasada.

Así la inquina debió irse calentando puesto que en 1619 en el prólogo a la edición de su comedia Los españoles en Flandes, Lope se despacha a gusto con Alarcón conviniendo que la maldad y los vicios humanos se reflejan en la hechura de la figura humana; es decir: Ruiz de Alarcón es mala persona porque está mal hecho. Es una de las pocas veces que encontramos a un Lope tan reaccionario que casi se acercaría a la furibundez de Quevedo. Decía cosas cómo:

«Debemos guardarnos de los que señaló naturaleza (…) las partes están delineadas por la naturaleza en el rostro: así la envidia y los demás vicios (…) Los que no tienen debida proporción lo tienen (el juicio) perverso y malo»

También se vale de ejemplos de sabios antiguos para sus conclusiones; así, dice que:

«Aristóteles pinta a los jibosos con mal aliento y da por causa que se le pudre (el aliento) porque tienen desacomodado el pulmón (…) es cosa ordinaria en tales hombres, si es que hombres se les pueden llamar la soberbia y el desprecio»

Y remata llamándolo:

«Poeta rana en la figura y en el estrépito»

Por su parte Ruiz de Alarcón contrataca, como solía hacerlo, en los versos de otra de sus comedias: Los pechos privilegiados, de 1620. Primero criticando que lo llamara envidioso, siendo él un envidioso universal:

Culpa al que siempre se queja 

de que es envidiado, siendo

envidioso universal

de los aplausos ajenos.

Después critica que se burle de sus defectos físicos:

Culpa a aquel que, de su alma

olvidando los defectos,

graceja con apodar

los que otro tiene en el cuerpo.

Y luego le lanza una pulla personal; puesto que Lope, ya mayor, se había ordenado sacerdote y, sin embargo, seguía siendo un amante empedernido; en aquel tiempo en amores con la joven Marta de Nevares.

Culpa a un viejo avellanado,

tan verde, que al mismo tiempo

que está aforrado de Martas

anda haciendo madalenos.

A todo esto, hay que añadir que en ese tiempo se puso en escena, con éxito, un entremés supuestamente anónimo, pero que todos sabían que había salido de manos de autores cercanos a Lope; titulado Los corcovados.

Y así hasta que llegamos Al año de 1623 en el que se producen dos hechos significativos en la vida profesional de Ruiz de Alarcón y que también tuvieron que ver con Lope de Vega. El primero fue el encargo que el Duque de Cea hizo al mexicano para que describiera “con un elogio en poética forma” la celebración de la llegada del Príncipe Carlos (príncipe de Gales) que había llegado a la corte de incognito para conocer a su prometida la Infanta María de Austria (hermana de Felipe IV)[3] pero que, al descubrirse su llegada, el Rey ordena que se hagan las más grandes fiestas de toros y cañas vistas en Madrid.

Ruiz de Alarcón, sin apenas tiempo para el tal encargo y no queriendo perder esa oportunidad, pide a algunos poetas amigos que le escriban parte del elogio en el estilo de Góngora. Algunos (ninguno de los mejores poetas cortesanos) lo hicieron, pero lo que salió de allí fue un refrito bastante lamentable cuyo solo título ya desdecía mucho de él: Elogio descriptivo a las fiestas que la Majestad de Felipe IV hizo por su persona en Madrid, a 21 de agosto de 1623 años, a la celebración de los conciertos entre el serenísimo Carlos Eduardo, Príncipe de Inglaterra, y la serenísima María de Austria, Infanta de Castilla. Además de esto, Juan Ruíz no mencionó al resto de autores en la publicación del dicho Elogio y parece ser que no les dio la parte que a cada uno le correspondía de los dineros recibidos por dicho encargo. Esto hizo que se recrudecieran las burlas y maledicencias contra el Mejicano,

Pérez de Montalbán: «Varios padres ha tenido / este poema sudado»

Alonso de Salas Barbadillo: «El segundo Claramonte, /por llenar más presto el vaso/no fue al monte del Parnaso/por agua, sino a Belmonte»

Quevedo (no podía faltar): «Y así no queda obligado/el señor Adelantado (Duque de Cea)/por carta tan singular,/sino volverle a quitar/el dinero que le ha dado»

Mira de Amescua (quién sí había escrito parte del poema): «Que la mitad me debéis/del dinero que os han dado/porque soy el que ha inventado/el componer de consumo»

Y, claro, Lope de Vega, muy mortificado porque el encargo no se le había hecho a él, no perdió la oportunidad de aportar su grano (puñado) de arena; cuando le pidieron su reacción declaró:

¿Pedirme en tal relación

parecer? Cosa excusada

porque a mí todo me agrada,

si no es don Juan de Alarcón.

Y finalmente arribamos a diciembre de ese mismo 1623 al estreno de El Anticristo de Juan Ruiz de Alarcón.

Como me he alargado en esta entrada, aportando datos que en principio no creía que iba a dar, pero que, en el transcurso de su composición, me han parecido necesarios y atractivos; tengo que dejar el estreno de El Anticristo para la próxima semana, puesto que el hecho en sí ya merece una entrada sola.

Ténganme paciencia y trataré de recompensarlos. Nos vemos la próxima semana.  


[1] En esa anécdota olvidamos señalar que Ruiz de Alarcón ya había estado en España había venido a estudiar, como solían hacerlo los hijos de los españoles que habían nacido en la América hispana. Llegó a Salamanca en 1600 a estudiar derecho civil y canónico; en 1606 estuvo viviendo en Sevilla ejerciendo como litigante en asuntos canónicos. En Sevilla conoció a Miguel de Cervantes y se dice que su entremés La cueva de Salamanca, influyo en la comedia que con el mismo nombre escribió Ruiz de Alarcón. En 1607 regresó a México y después volvería a España (a Madrid) en la fecha que antes señalábamos. 

[2] En los corrales de Ciudad de México, Juan Ruiz ya había visto muchas obras del Fénix representadas, pero además se representaban en todos los corrales de Lima, Santa fe de Bogotá, caracas, etc.; en el coliseo de Amsterdam (en aquel momento parte del Imperio Español) y versiones de sus obras las estrenaban en Italia, Francia e Inglaterra.

[3] Este hecho, además de ser conocido por las malas estrofas de Ruiz de Alarcón y los poetas requeridos; ha sido celebrado y recordado por muchos autores (de diferentes épocas) en poemas, obras de teatro, novelas, etc., sirvan de ejemplo la Comedia: Cómo ha de ser el privado de Francisco de Quevedo, y hasta el inicio de la saga novelesca del Capitán Alatriste (y por consiguiente de la película) de Pérez Reverte.

Publicado por nortonteatro

Soy Actor, dramaturgo, docente de teatro, filólogo, y doctor en investigación literaria y teatral con una tesis doctoral titulada: El teatro de Quevedo (una aproximación pragmática). Fui miembro fundador de la Compañía Corrales de Comedias Teatro en 1994 y he trabajado con ésta en el corral de Comedias de Almagro por más de 25 años; pertenezco al comité artístico de la Fundación Teatro Corral de Comedias; organizo el Festival de Autos Sacraméntales FAUS; estoy especializado en realizar versiones de entremeses de Cervantes y Quevedo y en escribir piezas breves de carácter barroco (casi todo en verso) para acompañar algunos espectáculos de la compañía: como la Loa al Teatro Breve, Loa a los entremeses de Cervantes, Loa al Auto Sacramental La Hidalga del Valle de Calderón de la Barca, Loa al Carro de los Cómicos o la Mojiganga para el Auto Sacramental El labrador de la Mancha de Lope de Vega.

6 comentarios sobre “EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ANECDOTA 24: JUAN RUIZ DE ALARCÓN; UN MEXICANO EN LA CORTE DEL REY LOPE DE VEGA II.

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