Hola amigos del blog nortonteatro.blog. Yo soy Nortan Palacio conocido artísticamente, y en el Paraiso de Dante, como Norton P.

EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ENTRADA 22
Viernes 8 de octubre. 2021.
He aquí la cuarta y última entrega de la entrada: MUNDO DANTE 700 AÑOS; en la que he querido aportar mi pequeña contribución a la conmemoración de los setecientos años de la muerte del Divino Vate. Por tanto he ido dejando en tres entregas, la ponencia que dicté el 17 de septiembre de este 2021 en el Espacio Escénico Iglesia de las Bernardas de la Fundación Teatro Corral de Comedias de Almagro. HUELLAS DE LA DIVINA COMEDIA EN LOS AUTOS SACRAMENTALES. En esta ultima parte consideraré la mezcla de lo gentil (el mundo grecolatino) con lo cristiano. Espero que disfruten.
5º LA MEZCLA DE LO GENTIL CON LO CRISTIANO.
En obras literarias dramáticas o poéticas el uso de los mitos y los ejemplos del mundo gentil ‒el mundo Grecolatino‒ no conllevaba apenas problema, y todos sabemos que era, y sigue siendo, muestra de erudición el uso de todo ese catálogo artístico-histórico-mitológico que la civilización occidental heredó de Grecia y Roma.
Pero en el caso de obras religiosas, su uso traía aparejados más inconvenientes, por el hecho de que la mitología pagana no cuadraba con la nueva cristiandad.
Sabemos que los mismos Padres de la Teología Cristiana se abrieron al sincretismo de la nueva religión con las ideas de los gentiles: esa válvula de escape se las proporcionó Plotino con el “Neoplatonismo”. Pero ese Neoplatonismo venía acompañado de Homero, Pitágoras, Sócrates, Aristóteles, Virgilio, Cicerón y un largo etcétera.
Entonces: Orígenes, Agustín de Hipona, Atanasio, Tertuliano y otros Padres de la Iglesia no tuvieron más remedio que declarar a algunos de estos sabios como prefiguradores del Cristianismo. Aun así, incluir sus nombres o creaciones en obras (sobre todo obras didácticas) de la nueva religión, requería de ciertas triquiñuelas para no jugarse las aprobaciones de dichas obras por los censores.
En el caso de Dante, fue bastante atrevido tomar como guía (espiritual y filosófico) a Virgilio; aunque esa idea de que el poeta romano no puede pasar del Purgatorio y tiene que volver a su Limbo original pudo salvar a esta obra genial del peligro de no habérsenos transmitido. Lo que hace Dante es tomar una cuestión que ya había abordado San Agustín, acerca de las almas de los no bautizados, y había creado en el mundo supra terrenal un sitio al que llamó Limbo; en el que los niños y los nonatos podían vagar ‒aunque tristes- sin sufrir y para siempre.

El truco de Dante estuvo en añadir a ese Limbo a los más grandes genios de la cultura gentil, incluso comandados por Aristóteles, y así no jugarse el despliegue su obra. Aunque en La Divina Comedia también nos encontramos casos como los de Caronte, Minos, el Can Cerbero; Las furias, Lucifer, etc.; que, quizá, porque en aquel momento ya pertenecían a la imaginería colectiva no eran considerados parte de los mitos grecolatinos y no sufrían el escrutinio de los religiosos. Sin embargo, más llamativo es el momento en que Dante hace hablar a Ulises (Odiseo) y a Diomedes personajes ficticios del legendario Ciclo Troyano tan preñado de mitología. A mi parecer; el hecho de que son personajes sin ascendencia deifica (no son hijos de dioses) los pudo salvar de ser considerados mitológicos, y como, además, Dante los puso a pagar penitencias en el Octavo Círculo del Infierno; probablemente, evitó el borrado de ese pasaje considerado uno de los más sabrosos de La Divina Comedia (si no que se lo pregunten a Borges).
En el caso de los Autos Sacramentales la treta consistía en que se mimetizaba algún personaje de la mitología y se divinizaban sus hechos; haciéndolos coincidir con los hechos de Cristo (ya hablamos del Divino Jasón de Calderón: Jasón/Cristo y los doce argonautas/apóstoles).

El hecho de que siempre se le antepusiera el calificativo “Divino” al personaje y al título del Auto, quizá hiciera que la censura no fuese rígida, puesto que, en el Siglo de Oro, volver a lo “divino” los hechos de cualquier personaje (ya fuera de la más baja estofa; por ejemplo: el Jaque Escarramán de Quevedo) era señal de exempla para el público; y por tanto bueno para que las personas malvadas pudiesen creer en que la mudanza de carácter o el arrepentimiento los llevaría a obtener la salvación. Así nos encontramos con El Divino Orfeotambién de Calderón, El Divino Narciso de Sor Juana Inés de la Cruz, El Divino Hércules de Francisco de Rojas Zorrilla y un largo etcétera. Hay que decir que no fue Calderón el que ideó esta fórmula, sino que ya la habían ensayado Lope de Vega, Tirso de Molina, o José de Valdivielso; sus más conocidos predecesores en la perfección del género.
6º CONCLUSIÓN:
Aunque he tenido que dejarme fuera muchos aspectos en los que se podía ahondar en esta comparativa: como pueden ser los temas del Viaje; el Historicismo, la Política, los Myracle Plays ingleses y las Danzas de la Muerte franco-españolas como eslabones entre La Divina Comedia y los Autos Sacramentales; sabía desde el principio que una ponencia de este tipo no me permitiría ahondar en muchos asuntos, y me tuve que quedar con lo que consideré más importante. Concluimos pues que: es abundante la materia en la que se debería escudriñar para significar más las huellas de la magistral obra de Dante Alighieri en los Autos Sacramentales Españoles y que, quizá, a partir de ahora sea una tarea pendiente para la literatura comparada.
MUCHAS GRACIAS.
Nos vemos la próxima semana; entonces retomaremos las suculentas venturas y desventuras de los personajes y las obras más relevantes del Teatro del Siglo de Oro.