Hola amigos del blog nortonteatro.blog. Yo soy Nortan Palacio, conocido artísticamente y en el Purgatorio de Dante, como Norton P.

EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES
Viernes 1 de octubre. 2021
Como dijimos en las entradas anteriores, sigo exponiendo mi ponencia Huellas de la Divina Comedia en los Autos Sacramentales. En el encuentro: DANTE 700 AÑOS. Organizado por la Fundación Teatro Corral de Comedias. Hoy expondré los apartados referidos a la Arquitectura y a la Numerología en dichas obras.
3º LA ARQUITECTURA
Es difícil deslindar los apartados (de los que intento hablar taxonómicamente, para una mayor síntesis) ya que el mismo sistema de metáforas, símbolos, analogías, etc., es cada vez mayor; por lo que en un apartado veremos cosas que son obvias puesto que ya las vimos en otro, pero no por eso, repito, debo dejar de mencionarlas.
El caso de la arquitectura en la Divina Comedia ya lo he mencionado, pero debemos añadir algunas cosas: los nueve círculos del Infierno se recorren en forma descendente y los aros se van haciendo cada vez menores con lo que Dante quería mostrar la incomodidad creciente (además de la ejemplaridad del castigo) que debía sentirse.
Las nueve cornisas del Purgatorio, también circulares, son ascendentes y sirven de escalas a la contemplación del Paraíso
Paraíso que se compone de siete planetas, la esfera de las estrellas fijas y la del primer motor: la Tierra.


Así el sistema es simétrico: infierno (subterráneo: bajo); Purgatorio (mundano: mediano) y Paraíso (celestial). Según el mismo Dante todas las almas del Paraíso se encuentran en el Empíreo ‒en la Rosa Mística‒ desde la cual contemplan directamente a luz divina, pero para que el viaje por el Paraíso fuera más fácil de entender, Dante iba haciendo aparecer a los caracteres (personajes o figuras) en los distintos cielos móviles.
Con todo esto entendemos que esta detallada recreación de la arquitectura servía también como explicación de lo ejemplarizado.
Existe certeza de que la arquitectura de estos mundos ultraterrenos la toma Dante en mucha parte del Furuhat una obra del místico murciano sufí: Abenarabí, escrita, y con dibujos de sus diseños, en 1240 (veinticinco años antes de nacer Dante). En la que describe los reinos de ultratumba basándose en las leyendas musulmanas del Juicio Final. Se cree que Dante conoció estas descripciones musulmanas a través de Bruneto Lattini, el más conocido de sus maestros. Lattini escribió el Tesoretto; una especie de enciclopedia que recogía todo el saber de su época y en el que deja ver que conocía las teorías de Avicena y de Abenarabí llegadas desde Córdoba; los bestiarios basados en las leyendas zoológicas árabes; en el mismo tratado escribió una biografía de Mahoma y además cuenta que la versión de la Ética a Nicómaco de Aristóteles que manejaba estaba escrita en árabe y llevada desde España. (Esa to nos da una idea como los musulmanes, que en ese tiempo dominaban España, inculcaron mucha cultura al saber occidental; e incluso reintrodujeron a Aristóteles, que había sido el gran olvidado de los filósofos griegos en la Europa cristiana, en favor de Platón)
Sin embargo, el paraíso con sus planetas esféricos, como antes comentamos, se basa claramente en el sistema Ptolemaico, aunque también existen antecedentes para las descripciones celestes en apoteosis o subida a los cielos de humanos: tales como el viaje de Er el Armenio, al final de La República de Platón y el Sueño de Escipión al final de La República de Cicerón. ‒Antes de subir habría que purificarse, como harían Dante, Er o Escipión y esa Purificación debía ser similar al proceso que siguen las almas que llegarían a la consagración del Pan en los Autos Sacramentales ‒.
La arquitectura también es muy importante en estos Autos, aunque no siempre apareciera en el texto dramático sino en el espectacular: las didascalias. Pero esto no quita mérito ninguno para ser parte de la significación, ya que como dice Jesús G. Maestro “en estos casos la funcionalidad del narrador (dramaturgo) está desplazada por el contenido de las acotaciones”. Y eso se nota en que las acotaciones de los Autos Sacramentales eran de las más detalladas de cualquier subgénero teatral del Siglo de Oro (si quitamos las de las comedias de santos; también en el ámbito de la alegoría religiosa; o las de las fiestas reales en los palacios que suponían más espectacularidad y fastuosidad que símbolo). Además, en el caso de Calderón, al ser consciente de la importancia de los edificios escénicos; escribió, para algunos de sus Autos, unas Memorias de Apariencias en las que detallaba al constructor de la escenografía lo que era necesario para que el público integrara lo escénico (arquitectónico) dentro de lo literario como parte de esa significación. O como dice Arellano: “la finalidad en el texto escrito debía coincidir con la del texto representado; puesto que su dimensión alegórica les añadiría las funciones integradas: una mimética o historial y otra alegórica o mística”.
El escenario para un Auto Sacramental se componía de cuatro carros y un tablado en el centro (nótese la simetría en torno a ese centro; geocentro, podríamos decir). Por poner un ejemplo, veamos algunas de las memorias de Calderón para esos carros: Un jardín, medio globo grande, un reloj de sol, un escollo o peñasco, una montaña de color cielo, una nave, una devanadera, un alcázar de real arquitectura, etc. Que tienen mucho que ver con las estancias de la Divina Comedia; en sentido: montaña/ascendente; escollo o devanadera/descendente; globos planetarios/ptolemaico
Generalmente, en los Autos las escenas se iban desplazando desde los tres primeros carros (los personajes salían de ellos, algunas veces miraban desde ellos durante toda la función: casos de Dios o del Diablo que miraban desde carros representando el Paraíso o el Infierno) hasta el tablado donde se representaba el grueso de la representación y terminaban en el último carro que era el que representaba la apoteosis. Como vemos hay muchas similitudes con la estructura arquitectónica y su significado en La Divina Comedia: el espacio simétrico, con un centro:(Geocentrismo/Tierra) donde se representaba; luego el viaje para purificar el alma humana y, finalmente, la apoteosis (Carro del Pan/Paraíso).
Tanto Dante como Calderón (lo pongo como ejemplo de dramaturgo que llevó a la perfección los Autos Sacramentales) Eran conscientes de que esa arquitectura: descrita detalladamente en el poema o construida desde las Memorias de Apariencias en los Autos; producirían ese efecto catártico en el público lector-espectador, que ellos necesitaban para sus mensajes.
4º LA NUMEROLOGÍA.
Este es un tema harto importante y cacareado en La Divina Comedia, y menos en los Autos, pero no por eso deja de tener sus concomitancias.
La numerología llega al arte medieval desde el arte clásico, apoyada en las teorías de Pitágoras. Desde ahí algunos números pasan a adquirir sentido de perfección en el cristianismo como son: el 3, el 4, el 7, el 9 por lo general (aunque si atendemos a otras religiones todos los números de 1 al 9 van a encontrar significaciones en diferentes obras o tratados).
En el caso de La Divina Comedia encontramos que el número 3 es el que predomina como componente de las figuras retórico-alegóricas, de la estructura literaria y de lo religioso. Pero claro, debemos tener en cuenta que el número 3 es antonomasia en el cristianismo; por la Santísima Trinidad
Así encontramos: Tres submundos.
Los habitantes de cada submundo se agrupan en tres series:
-En la división de los Círculos del Infierno Dante sigue las ideas de Aristóteles que califica las debilidades humanas en
Incontinencia:
Bestialidad:
Malicia:
-En el Purgatorio: la trilogía se divide entre los que siguieron un amor que los llevó al mal; los que amaron poco el bien y los que manifestaron un amor desmesurado a los bienes terrenales.
-En el Paraíso se encuentran: (según el tipo de amor que hayan mostrado a Dios) los seglares, los activos y los contemplativos.
Además, la estrofa utilizada es el terceto endecasílabo: una estrofa de 3 versos de once sílabas que da como resultado 33 sílabas por estrofa. El sentido, además, se organiza apoyando conceptos en cada 3 tercetos; lo que da a esos tres tercetos un carácter de silogismo.
Encontramos 33 cantos en cada estancia (99 cantos) y uno añadido como introducción antes del Infierno, para alcanzar el número 100 que constituía una cantidad habitual en los textos didácticos medievales.
También tenemos tres ejes fundamentales desde el punto de vista filosófico teológico: 1) El Cosmos/ 2) la disputa entre la razón y la fe (Teología-filosofía)/ 3) La disputa entre la predestinación y el libre albedrío.
A este número 3 añadió Dante los cuatro elementos (componentes esenciales de la filosofía presocrática) para alcanzar con ella el 7; donde nos toparemos con los 7 pecados capitales, y los 7 planetas conocidos en ese tiempo que se nos muestran en el Purgatorio y el Paraíso respectivamente.
El 3 multiplicado por sí mismo le daba el nueve y así también encontramos nueve estancias en cada submundo.
En el caso de los Autos Sacramentales:
La estructura numerológica le sirve a los autores para engarzar argumentos de distinta raíz que podrían conjugar con la materia cristiana; pero algunos los usan con más inteligencia que otros, no solo mostrándonos la simpleza de la conexión del número con el argumento, sino encontrándole significaciones nuevas o dándole al carácter ficticio una nuevo valor religioso. Este es el caso de Calderón de la Barca, quien, como dije, se encargó de darle perfección al subgénero.
Entonces nos encontramos con el número 3 que, aunque teniendo esa raíz de Santísima Trinidad; Calderón la hace nueva con un sentido más importante para los Autos, que es el de la historia humana, dividida en tres etapas o leyes: la Ley Natural (creación); la Ley Escrita (Antiguo Testamento) y la Ley de Gracia (Jesucristo y el Nuevo Testamento).
Después usa el número 4 -los carros aledaños al escenario se lo brindaban en bandeja- no solo con el sentido de los elementos, que usaba Dante, sino que lo engarza con los cuatro puntos cardinales, las cuatro estaciones, las cuatro partes del alma según la clasificación aristotélica, los cuatro continentes (conocidos en su tiempo) y sumándolo al tres, como Dante, pasan a los siete pecados capitales, los siete planetas (días de la semana).

Pero, sobre todo, hay un nuevo número al que se adhieren porque les proporciona abundantes historias y es el número 12, que al poderlo equiparar con el número de apóstoles pueden recrear a Jesús, desde distintos prismas: El divino Jasón con los doce argonautas, Carlomagno y los doce pares de Francia, Arturo y los doce Caballeros de la mesa redonda, etc. También lo consideraban parangonable con los signos del zodiaco y los meses del año.
Esto hacía que el sermón teológico fuera entendible a los espectadores más iletrados: el sentido numerológico ya los ponía en antecedentes para el argumento. Lo bueno que tenía esta numerología en las piezas dramáticas es que a cada miembro de la cantidad se le podía caracterizar como personaje.
CONTINUAMOS LA PRÓXIMA SEMANA.
Te superas, en cada entrada. Bravo por la sapiencia y el didactismo
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