EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES ANÉCDOTA 28: NACER PÉREZ Y MORIR RANA (O LO QUE ES, INCREIBLEMENTE, LO MISMO QUE: NACER POBRE Y MORIR RICO) III

Hola amigos del Blog: nortoteatro.blog. Yo soy Nortan Palacio; conocido artísticamente y en el mundo celestinesco como: Norton P.

HEME ALLÍ, INTERPRETANDO A CALIXTO EN LA CELESTINA DE FERNANDO DE ROJAS.

EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ANECDOTA 28.

Viernes 26 de noviembre. 2021.

NACER PÉREZ Y MORIR RANA. (O LO QUE ES, INCREIBLEMENTE, LO MISMO QUE: NACER POBRE Y MORIR RICO) Y III

JUAN RANA Y LA FAMILIA REAL.

La figura de Juan Rana en la Corte siempre se ha asociado con el gusto que las dos reinas (las dos esposas que tuvo Felipe IV) sintieron por el cómico; sobre todo la segunda; Mariana de Austria. También ha contribuido a esto la supuesta homosexualidad ‒aunque real afeminamiento‒ del actor, que lo relacionarían con el miembro femenino de la pareja real.  Sin embargo, el descubrimiento a finales del siglo pasado de un rico epistolario mantenido por Felipe IV con una prima suya[1], ha empezado a hacer cambiar esta percepción.  En estas cartas el Rey le cuenta a su familiar ‒que se había retirado a un convento en Malagón a la edad de cuarenta y tres años‒ cosas cotidianas de la vida de la familia, pero, y esto es lo más importante, le habla en muchas ocasiones de “nuestro Juan Rana”; ya que la condesa, antes de retirarse al convento, había trabado amistad con el cómico cuando ella vivía en Palacio y él iba a representar. La prima de Felipe, según las cartas, echa de menos los ratos de risas que Rana le hacía pasar en sus representaciones y fuera de ellas; por eso el Rey la pone al corriente de todas las veces que Rana actúa y triunfa no solo en los palacios, también en los corrales y en las plazas durante las fiestas del Corpus. Por todo esto, ahora conocemos que el aprecio de Felipe IV por nuestro Rana también era grande.

Su primera representación en palacio fue con el entremés El mago de Luis Quiñones de Benavente en 1637 (lo anotábamos en la anécdota anterior) que era un entremés cantado y lo representó con la compañía de Pedro de la Rosa. En ese entonces todavía vivía la primera esposa de Felipe IV: Isabel de Borbón. 

Después de esa primera función se hizo asiduo a las representaciones en el Alcázar Real de Madrid y en todos los demás palacios adonde se trasladaba por temporadas[2] la familia real y donde requerían de su ocio favorito: el Teatro. Menos en los años en que el teatro estuvo prohibido en todo el Reino debido al luto por las muertes de la susodicha Isabel de Borbón en 1644 y la del heredero que ésta había dado a Felipe IV: el Príncipe Baltasar Carlos el 9 de octubre de 1646.

Así, vamos a hacer una semblanza de algunas las representaciones documentadas en las que actuó Juan Rana con su personaje en estos palacios, igual que, de la relación tan estrecha que tuvo con la nueva esposa de Felipe IV : Mariana de Austria y con el mismo Rey.

Aunque hay poca documentación acerca de las representaciones de Rana en Palacio antes de 1655, debemos suponer que Mariana de Austria habría visto representar con gran agrado muchísimas veces a Rana, puesto que en una carta del Grefier de la Reina a Felipe IV, de abril de 1651, se nos dice que la Reina le había asignado una pensión vitalicia: 

«Ha servido de hacer merced a Juan Rana de una ración ordinaria que ha de gozar por la casa de la Reina Nuestra Señora, en consideración de lo que la hace reír». 

Incluso por las cartas de Felipe IV a su prima, se sabe que Rana fue invitado por la Familia Real a ser su huésped (no solo para representar) al Escorial varias veces 1649 y 1651.  

También tenemos un documento escrito en italiano por el arquitecto italiano Baccio del Bianco, quien se encargaba de las escenografías de estas espectaculares Fiestas Reales donde llama a Juan Rana: «Il Grazzioso de la Regina».

En cuanto a la cronología documentada de representaciones lo encontramos actuando en la fiesta que se hizo para la entrada de la Reina en Madrid, el 15 de noviembre de 1649, aunque se había casado con Felipe IV unos días antes en Navalcarnero y habían pasado la luna de miel en el Escorial, donde Rana estuvo como huésped, (suponemos que allí también se representaría esos días, pero, de momento, no se ha encontrado documento de ello). Después, nos encontramos con otra anécdota harto interesante, puesto que en las fiestas de carnestolendas de 1650 otro actor hizo de Juan Rana en una de las piezas escritas exclusivamente para él, no sabemos el motivo de su ausencia, y no gustó a nadie. El rey, en otra carta a la Condesa de Paredes, le decía: «ver imitar a Juan Rana a don Andrés Ferrer, de puro frío nos hizo reír» queriendo decir que el otro actor les causó gracia por el ridículo que hizo al querer imitar al verdadero rey de la comedia.

Además de fiestas teatrales en cumpleaños y carnestolendas la familia real también las requería para muchas y singulares ocasiones como una que se hizo en 1651 «con motivo de la recuperación de la Reina del accidente que tuvo estando el Rey en las Descalzas y a cuyo regreso volvió del desmayo».  

En mayo de 1653 se sucedieron cuatro días de una comedia en el Coliseo del Buen Retiro destinados a su majestad, a los Consejos y a los habitantes de la corte. Donde hubo mas de sesenta y seis actores, aunque el Rey, en otra de sus cartas, solo menciona a nuestro cómico: «muy buena ha sido la comedia y vuestro amigo Juan Rana ha cumplido famosamente con sus obligaciones»

RETRATO DE FELIPE IV CON LACAYO, PINTADO POR GASPAR DE CRAYER Y COLGADO EN EL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES DE MADRID. ÚLTIMAMENTE HA TENIDO TANTA ACEPTACIÓN LA TEORÍA DEL AFECTO QUE PROFESABA FELIPE IV A JUAN RANA QUE EL ESTUDIOSO JULIO VÉLEZ-SANZ EN 2015 HA IDENTIFICADO AL LACAYO DE ESTE CUADRO CON JUAN RANA, HACIENDO ACOPIO DE UNAS HIPÓTESIS DE GRAN VALOR.

En 1655, sin que se tenga fecha exacta; con ocasión de una fiesta que la Infanta María Teresa de Austria (hija de la anterior reina y casi de la misma edad que la nueva) mando hacer en honor de la nueva Reina, en el Salón del Palacio del Buen Retiro Juan Rana representó el entremés Los volatines de Antonio de Solís. En febrero de ese mismo año para celebrar las carnestolendas, Rana actuó en la Loa para la comedia Las Amazonas, también de Solís. Cuatro meses más tarde (24 de junio de 1655; la noche de San Juan) actuó en la Comedia La renegada de Valladolid escrita a seis manos por Solís, Montsener y Silva y en el entremés que se representó entre las dos primeras jornadas: Juan Rana en el Prado de Jerónimo de Cáncer. 

En el Carnaval de 1656 actuó en la Loa y en el Sainete (ya empezaba a representarse este nuevo género como final de Fiesta) que se hicieron para acompañar a la comedia Pico y Canente de Solís. Y el martes del mismo carnaval actuó en la comedia Un bobo hace ciento; para variar, también de Antonio de Solís.

Lo tenemos documentado representando el 6 de enero de 1658, por celebraciones del nacimiento del nuevo heredero: Felipe Prospero (aunque había nacido a finales de 1657 y no alcanzaría a reinar) en el entremés de Solís: El alcalde de Alcorcón. En febrero y marzo del mismo año, se continuaron las fiestas por el nacimiento del príncipe y actuó en el entremés El niño caballero; en el sainete: Aguardad supremos dioses, y en otro entremés titulado El pupilo, este último se representó en la puerta de la Iglesia de la Virgen de Atocha cuando los reyes salieron de ofrecer el recién nacido a la Virgen. 

Por el nacimiento del futuro Carlos II, 1661, también representó. En el entremés El toreador de Calderón de la Barca; Rana se bajó del tablado y fue hasta el templete donde estaban los reyes (convirtiéndolos en personajes); se dirigió a ellos y habló al recién nacido (aunque no imaginamos que estuviera en la representación) y le prometió que para su primer cumpleaños torearía de verdad; aquello debió concluir en risas generalizadas, puesto que los toreros que Rana representaba siempre eran afeminados y cobardones.

En esta década de los 60´s Rana, ya envejecido, solo volvía a palacio en fechas muy señaladas, puesto que su salud no le permitía moverse mucho, pero siempre acudía al llamado de la Reina. Lo tenemos en la Loa de Juan Rana escrita por Moreto representada diciembre de 1662; en el cumpleaños del Rey del año 1663 en el entremés El ayo también de Moreto; y en las carnestolendas de 1665 en la que actuó en una comedia ‒no se sabe el título‒ «durante dos horas» cosa que debió de ser bastante dura, puesto que contaba ya casi con ochenta años (de aquella época).

Y, finalmente, lo encontramos en su última función en palacio, el 29 de enero de 1672 (Felipe IV había muerto y reinaba ya Carlos II) para el cumpleaños de la, ahora, reina madre, la siempre venerada por Rana; Mariana de Austria. Actuó en el entremés El triunfo de Juan Rana, apenas si se podía mover, pero para que no sufriera Calderón (autor del entremés)[3] le escribió un papel de estatua ‒lo dijimos la anécdota pasada‒ y lo sacaban a escena cargado en un pedestal. Según el argumento del entremés: la estatua había sido mandada a esculpir por el Rey y por la Fama ‒una de las Musas del Parnaso‒ para ser exhibida en la Sala de Burlas del Palacio. Fue un verdadero homenaje a toda su carrera, puesto que, el título, el personaje, y el vestuario riquísimo así lo acusan. Lo comprobamos con las palabras del artículo de maría Luisa Lobato:

«salió a escena después del sonido de cajas y trompetas, en un carro triunfal con mucho acompañamiento, al son de vítores que lo coronaban victorioso como máximo gracioso (…) En lo que respecta al anciano Juan Rana en el entremés en que hacía de estatua, se le vistió con un traje costoso, de ocho ducados, de felpa plateada de Holanda, con una capa y capote, mangas y calzones anchos, capilla y gorra, con cuello, puños y forros de tafetán del mismo color. El vestido, el vuelo y las delanteras de dentro de la capa, así como la gorra y capilla estuvieron guarnecidas con encajes de plata. Las seis docenas de botones grandes fueron de plata falsa[4]».       

Murió tres meses después, el 20 de abril de 1672, en su casa de la Calle Cantarranas y en su testamento mandó que se gastasen 7500 reales en misas por su muerte. Sobre este hecho dice Agustín de la Granja:

«Que un actor dispusiera de tal suma de dinero era un hecho inusual en el siglo XVII, lo que da cuenta de su gran éxito y de sus buenas relaciones sociales»

Lo dicho «nacer Pérez y morir Rana o lo que es, increíblemente, lo mismo que: nacer Pobre y morir Rico» con una profesión tan denostada ‒aunque a la vez tan admirada‒ como la de cómico.

Nos vemos la próxima semana con otra anécdota: otros personajes, pero con igual enjundia.             


[1] Joaquín Pérez Villanueva lo dio a conocer en 1986, en el artículo: Felipe IV y Luisa Enríquez Manrique de Lara, Condesa de Paredes de Navas: un epistolario inédito

[2] Además del palacio Real los reyes pasaban temporadas en el Nuevo Palacio del Retiro (en ese entonces en las afueras de Madrid y llamado precisamente del Retiro, porque allí se retiraba el Rey a descansar algunas temporadas) el Palacio de Aranjuez o el Palacio del Escorial en San Lorenzo. 

[3] Era el entremés que acompañaba a su comedia Fieras afemina Amor. Calderón escribió todas las otras piezas de la Fiesta con la que se celebraba el cumpleaños de la Reina Madre.

[4] A mi parecer, lo de la plata falsa también debió ser un culmen gracioso a todo aquel rico ornato.

Publicado por nortonteatro

Soy Actor, dramaturgo, docente de teatro, filólogo, y doctor en investigación literaria y teatral con una tesis doctoral titulada: El teatro de Quevedo (una aproximación pragmática). Fui miembro fundador de la Compañía Corrales de Comedias Teatro en 1994 y he trabajado con ésta en el corral de Comedias de Almagro por más de 25 años; pertenezco al comité artístico de la Fundación Teatro Corral de Comedias; organizo el Festival de Autos Sacraméntales FAUS; estoy especializado en realizar versiones de entremeses de Cervantes y Quevedo y en escribir piezas breves de carácter barroco (casi todo en verso) para acompañar algunos espectáculos de la compañía: como la Loa al Teatro Breve, Loa a los entremeses de Cervantes, Loa al Auto Sacramental La Hidalga del Valle de Calderón de la Barca, Loa al Carro de los Cómicos o la Mojiganga para el Auto Sacramental El labrador de la Mancha de Lope de Vega.

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