Hola amigos del blog nortonteatro.blog Yo soy Nortan Palacio conocido artísticamente y en el mundo de las máscaras como Norton P.

EL MENTIDERO DE LOS COMEDIANTES. ENTRADA 26
Viernes 12 de noviembre. 2021.
NACER PÉREZ Y MORIR RANA. (O LO QUE ES, INCREÍBLEMENTE, LO MISMO QUE: NACER POBRE Y MORIR RICO):
Nació Cosme Pérez en Tudela del Duero en abril de 1593; se bautizó Juan Rana en la comedia Lo que ha de ser, de Lope de Vega, impresa en 1624, aunque representada unos años antes ‒no se sabe la fecha exacta‒ y murió en Madrid en abril de 1672 en la calle Cantarranas (también es casualidad, aunque hoy en día esa calle se llama Lope de Vega) justo al lado del Mentidero de los Representantes, mentidero del que tomó título esta sección de mi blog.
De su vida personal, antes de dedicarse a la vida de cómico, no sabemos casi nada, pero de sus andanzas, una vez que se hizo representante, sabemos mucho. Era una de las cuestiones por la que, en este mi blog, no me decidía a hablar del más famoso actor del Siglo de Oro español. Aunque luego he pensado en que cómo no iba a hacerlo si esta sección: El Mentidero de los Comediantes está dedicado a esto. Así que ahí va.
Intentaré hablarles a los lectores de Juan Rana como si se tratase de un amigo común, puede que así resuene de manera diferente a los muchos estudios académicos, recreaciones teatrales e investigaciones filológicas que se han fijado en la vida de Cosme Pérez y que lo han dicho todo (o casi todo).
Lo primero que tenemos que aclarar es que la figura de Juan Rana estuvo olvidada (junto con mucha parte del inmenso arsenal teatral del Siglo de Oro Español), desde mediados del siglo XVIII hasta principios del siglo XX[1] y que fue en 1911 el inconmensurable libro: Colección de entremeses, loas, bailes, jácaras y mojigangas de don Emilio Cotarelo y Mori quien empezó a dar noticias más contrastadas de este autor. A partir de ahí y hasta finales del pasado siglo se descubrieron documentos oficiales, cartas, contratos de los actores con las compañías, lista de actores (dramatis personae) de las comedias representadas en los corrales, etc. Y esto es lo que lo ha llevado a ser reconocido como el actor más famoso de aquellos tiempos.
Cuando empezó en el oficio no parecía que iba a ser uno de los grandes; sus primeros personajes, documentados, eran personajes bastante secundarios. En 1617 actúa, con la compañía de Juan Bautista, Valenciano en una comedia de Lope de Vega titulada El desdén vengado, en el dramatis personae aparece todavía con su nombre real: Cosme Pérez y hacía el papel de Leonardo, un amigo del caballero protagonista de la comedia. En 1622, con la misma compañía, actúa en otra comedia de Lope: La nueva victoria de don Gonzalo de Córdoba, interpretando el personaje del Capitán Medrano, también secundario y también con su propio nombre. Después lo encontramos en 1624 formando parte de la compañía de Antonio de Prado y, en los papeles que documentan la celebración del Corpus Cristi de ese año en Madrid, se menciona haciendo el papel del gracioso del entremés que acompañaba al Auto Sacramental de dicha fiesta. Esto debió de ser el acicate para que se especializara en este tipo de personajes.
La primera vez que lo encontramos en una obra haciendo el personaje de Juan Rana es, ya lo dijimos, en la comedia titulada Lo que ha de ser. Al escribir esta comedia, Lope de Vega (no podía ser de otra forma) describe las características físicas de un personaje llamado Juan Rana y que iba a interpretar un actor llamado Cosme Pérez[2] ‒era un personaje secundario y con una intervención reducida‒; imaginamos que sin prevenir que a partir de entonces el actor tomaría ese nombre como seudónimo artístico y que el personaje se pasearía por los escenarios representando comedias, bailes, mojigangas, pero, sobre todo, entremeses escritos por las más grandes plumas de su tiempo; siempre interpretado por ese mismo actor.
La descripción que hace Lope de Vega, y que quedaría marcada como la máscara de Juan Rana[3] en todas las otras obras, era más o menos la siguiente: voz y gestos afeminados, rechoncho, bajito, cara regordeta, cuello hundido y piernas cortas, vestido a la usanza de la corte española de la época, pero que, en el personaje contrahecho, resultaba un vestuario que lo ridiculizaba aún más; patoso; en profesión de Alcalde rústico, bobo y haciendo muestra de necedad, ingenuidad, simpleza, falta de entendimiento, cobardía y pereza. Aunque no siempre representaba a un alcalde, sino que en algunas obras podía ser médico, poeta, torero o marido cornudo. Eugenio Asensio: dice acerca de esto:
«En un juego de espejos, Cosme Pérez interpreta a Juan Rana que a su vez interpreta diferentes papeles»
En cuanto a cómo surge el personaje, hay varias teorías: la más importante es que el actor ya tenía el físico que se requería, por lo que suponemos que Cosme Pérez tenía todos los requerimientos que Lope de Vega le puso a Juan Rana. Como tenemos un cuadro en la Real Academia Española de la Lengua donde se le representa – aunque con esto hay cierta polémica‒ parece ser que así era.

La polémica surge en cuanto a la estatura. El Juan Rana de la pintura es bastante bajito, con rasgos de enanismo (al compararlo con la medida del mosquete que sostiene en la mano) y los estudiosos creen que, debido a que representó personajes que no debían ser encarnados por enanos tales como el Leonardo de El desdén vengado o el Capitán Medrano de La nueva victoria de don Gonzalo de Córdoba, el retrato puede ser de otro actor; puesto que, además, se cree que el cuadro (basándose en el vestuario que lleva el personaje retratado) se pintó en la década de 1680 y Juan Rana murió en 1672. Pero otros estudiosos no conciben que se retratara a un actor diez años después de su muerte, más considerando que en aquella época un retrato de un actor era algo poco dado (solo en el caso de actores muy famosos como La Calderona o nuestro Rana) no se imaginan el cuadro de un actor muerto una década antes. En fin, ante estas discrepancias y desde nuestra visión que es la de un actor profesional nos atrevemos a pensar que el cuadro sí es un retrato de Juan Rana y que un actor bajito, alto, gordo, flaco, puede encarnar diferentes personajes ejercitándose o esforzándose para parecer lo que no es[4].
Para el nombre del personaje, la profesión (la que más le otorgaban los dramaturgos, que era la de alcalde) y las características psicológicas se barajan varias teorías: El apellido «Rana», según Eugenio Asensio, lo tomaría del personaje de Pedro Rana, un candidato a alcalde en el entremés La elección de los alcaldes de Daganzo de Miguel de Cervantes escrito antes de 1600; bien puede ser, puesto que este candidato es el más simple de los cuatro que aspiran a la alcaldía, aunque se cree sabihondo (dice que está aprendiendo a leer y ya sabe deletrear; lo que, según él, lo hace más cultivado que el resto de gañanes que aspiran al puesto) y gana la elección. De ahí también le vendría la profesión. En cuanto al nombre: «Juan» muchos ven una castellanización de los criados graciosos de la Commedia dell´Arte, a los que muchos emparentan con Juan Rana, y cuyo nombre genérico era «Zani» (aunque sus nombre propios eran Arlequín, Polichinella, etc) que vendría a ser «Juan», y esta teoría también tendría sentido, incluso tomando un cauce diferente; y es que cuando Lope de Vega estuvo desterrado en Valencia asistía con asiduidad a los espectáculos de las compañías italianas que en ese entonces recorrían España e hizo amistad con Zan Ganassa (léase Juan Ganassa), uno de los más grandes actores, directores y productores de la comedia italiana y que influyó bastante en la gestación de la Comedia Nueva Española de Lope.
Otros estudiosos, sin embargo, creen que toma el nombre de un personaje del folclore castellano llamado «Juan Bobo» y argumentan que el personaje del bobo fue un personaje fijo del teatro español, desde su nacimiento con Juan del Encina y se fijó más, si cabe, con los personajes de Lope de Rueda. Además, esta teoría le añade varios de los caracteres sicológicos al personaje. Conociendo a Lope de Vega podemos creer que tomó de todas las fuentes e hizo una creación nueva y excepcional el Juan Rana que encumbraría a Cosme Pérez.
Con esto lo dejamos por hoy; las próximas dos entradas nos dedicaremos a las obras en las que aparece Juan Rana, incluso dando título a muchas de ellas; a los líos con la justicia que tuvo Cosme Pérez y que salvó gracias a Juan Rana y, finalmente; a su extraordinaria, divertida e increíble relación con los reyes de entonces: Felipe IV y Mariana de Austria.
[1] Si obviamos la mención que hace de él (y de casi todos los actores de aquellos tiempos) Casiano Pellicer en otro libro impagable: Tratado histórico sobre el origen y progresos de la comedia y el histrionismo en España. La obviamos, porque, aunque dice que fue el comediante más gracioso que conoció España en tiempos de Felipe III y Felipe IV, la reseña apenas habla de su vida profesional y se explaya en una anécdota en una representación en el Palacio del Buen Retiro.
[2] En aquella época los dramaturgos escribían para compañías que les encargaban obras donde cupieran todos los actores que llevaban en nómina y qué tipo de personaje representaba cada actor.
[3] Cuando hablamos de la “máscara” nos referimos a los tipos de personajes que se había creado en la Commedia dell´Arte italiana; en la que cada actor interpretaba el mismo tipo de personaje por el resto de su vida artística: que llevaba el mismo vestuario, realizaba los mismos gestos movimientos y piruetas y representaba con una misma máscara. El público al ver salir a cada uno ya sabía de qué personaje se trataba. Aunque en el caso de Juan Rana, la máscara no era un objeto físico, sino que sus gestos faciales y una postura descompuesta y cómica de la cara, como si fuera su expresión natural, lo llevaban a ser un personaje de los de esta tipología.
[4] Si como actor, tienes que encarnar a un personaje ridículo y bobo, por lo regular lo haces bajar de estatura con respecto a los personajes altivos; esto se logra doblando las piernas de diversas formas, lo que le añade al personaje nuevas maneras ridículas en los andares y las posturas al estar de pie o sentado. En muchos de estos casos al finalizar el espectáculo algún espectador te dice: «te veías mucho más bajito en el escenario». Quizá esto era lo que hacía Cosme Pérez y por eso el pintor que lo retrató, de memoria, lo plasmaría como lo recordaba o como él realmente lo veía en el escenario.
COSME PEREZ o JUAN RANA, inexistentes para mi, leer tu blog siempre me está suministrando valiosa información. El Blog próximo no pienso perdérmelo
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Gracias, mi querido Hugo
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Interessant en nieuw voor mij is, dat het in die tijd kon zijn, dat de toneelspeler zijn vaste en enige rol was of werd. Steeds herkenbaar. Lijkt me eenvoudig voor de schrijver van het stuk.
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Dank u, meneer
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Genial, deseando ver los siguientes textos para entretenerme aprendiendo, y valorar el conjunto. Enhorabuena, artista
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Gracias, señor
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Felicidades de nuevo Norton y como siempre todo muy interesante siempre aprendiendo cosas nueva gracias 🙂
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Gracias por aportarnos tanto
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